En la carta enviada por el Papa Francisco el pasado 5 de agosto, desea con “gran alegría” unirse espiritualmente, a las oraciones e iniciativas promovidas por la Conferencia de Religiosos de Brasil con motivo de la Semana de la Vida Religiosa Consagrada, celebrada del 16 al 22 de agosto, que tiene como objetivo promover y renovar la misión de los consagrados en la Tierra de la Santa Cruz.
Saberse amados por Dios
En este sentido, el Pontífice les recordó que “el itinerario vocacional tiene su origen en la experiencia de saberse amado por Dios: la vida misma es ya fruto de una llamada de Dios; nos ha llamado a la vida porque nos ama y ha predispuesto todo para que cada uno de nosotros sea único, acompañándonos por los caminos, a veces polvorientos, de nuestra vida y, conociendo nuestra conmovedora nostalgia de amor y de felicidad, nos llama a la alegría, que se encuentra sólo en el don de sí mismo a los demás”.
Con la mirada fija en Jesús
Ante el cambio de época actual, los exhortó a “estar atentos para evitar la tentación de tener una visión mundana, que nos impide ver la gracia de Dios como protagonista de la vida y nos lleva a salir en busca de cualquier sustituto”. “El mejor antídoto contra esta tentación –continua Francisco- es dar prioridad a la oración en medio de todas nuestras actividades, con la certeza de que quien mantiene la mirada fija en Jesús aprende a vivir para servir, porque experimenta lo que dijo el profeta Isaías: ‘Tú eres precioso a mis ojos… Yo te amo’”.
Amar con el corazón de Jesús
Con el objetivo de buscar una mayor promoción y renovación de la vida y la misión de los consagrados, el Santo Padre los invitó a formularse de nuevo la pregunta que propuso en la Carta Apostólica a los Consagrados del 2014: “¿es Jesús realmente el primero y único amor, como nos hemos propuesto cuando profesamos nuestros votos? Sólo si es así, podemos y debemos amar en la verdad y la misericordia a toda persona que encontramos en nuestro camino, porque habremos aprendido de él lo que es el amor y cómo amar: sabremos amar porque tendremos su mismo corazón«.
Finalmente, Papa Francisco confía la fecundidad de esta Semana de la Vida Religiosa Consagrada del Brasil, a la intercesión de Nuestra Señora de Aparecida, y envió su Bendición Apostólica.
Con información de Vatican News