“¡Vamos, es medianoche!”. Un dicho sureño afirma con visión irónica que no puede haber mayor oscuridad que a la medianoche. Con la última «medida» drástica, lanzada una vez más con el favor de las tinieblas y anunciada como siempre durante días por el régimen corifei, esta miserable nación ha sido llevada ahora al colapso moral y social.
Pero nos negamos a darles alguna dignidad, ni remotamente parte de la jerarquía de las fuentes del derecho, por lo que han llegado a este punto de la noche. Las tinieblas en las que han sumido a la nación no pueden desanimar a quienes han mantenido firmes la razón y la conciencia del tiempo que pasa. De hecho, hemos llegado a la medianoche en esta historia y el lamento es inútil. Debemos actuar en consecuencia, sabiendo que el «más allá» nos pertenece.
La atención temprana, la atención de la salud, la economía, las relaciones humanas y sociales se han destruido con una hipertrofia de producciones «normativas» distópicas. Pero es medianoche, y no solo están los escombros de este indescriptible ataque al humano. ¡Estamos a medianoche! Es hora de decidir y darse cuenta de que no puede haber peor oscuridad porque de todos modos llega el amanecer. Todo el mundo debe y puede empezar a reaccionar y a resistir de la manera que pueda, con la ayuda de abogados y médicos que no han abdicado de su juramento.
Los que tienen fe también ayudan con la oración para que la noche acabe pronto. Todos deciden la acción. Todo es necesario. Simplemente no te rindas en el corazón y sigue contando las horas.
No le tenemos miedo a la oscuridad y no permitimos que nos mate. Porque nuestras almas permanecieron alerta y nuestra humanidad intacta, a pesar de la noche que quisieron expulsarnos.
No damos crédito por la legitimidad a aquellos que desesperadamente quieren convencernos de que la oscuridad no termina. No calificamos el mal como ineludible porque no es la última palabra, y nuestro corazón y nuestra mente están dirigidos hacia el bien y hacia aquellos que lo hicieron utilizable. Que no es la oscuridad. Porque hemos decidido de qué lado tomar. Porque es medianoche. Y solo el amanecer es inevitable.
Milán, 6 de enero de 2021, Epifanía del Señor
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Iustitia in Veritate
Corso Venezia, 40
20121 Milán.
por Aldo Maria Valli
