Jesucristo es el centro de la historia, y la «humanidad» -separada de su creador- no creará un orden temporal feliz. Al rechazar lo sobrenatural, no nos acercamos a la naturaleza, sino que incluso comenzamos a tacharla. Estos importantes hechos fueron recordados por el obispo español José Ignacio Munilla.
El Ordinario de la diócesis de Orihuela-Alicante criticó la «agenda 2030» de la ONU. Este documento ignora que «más allá del cuerpo, el hombre también tiene alma», afirma el jerarca español.
La Agenda 2030 es un plan de la ONU para asegurar cambios en el mundo en el espíritu del llamado desarrollo sostenible. En el marco de este proyecto, los representantes de la organización internacional distinguieron 17 objetivos cuya aplicación consiste en garantizar la «erradicación de la pobreza», la eliminación del hambre, pero también un orden más «igualitario» a escala mundial.
Al leer la agenda de la ONU, uno puede tener la impresión de que seguir este esfuerzo globalista resolverá permanentemente los problemas con los que lucha la humanidad y brindará a todos una «vida satisfactoria». Según el obispo José Ignacio Munilli de la diócesis española de Orihuela-Alicante, una conclusión similar es completamente errónea.
No sólo por las soluciones de izquierda propuestas entre los 17 objetivos. El supuesto básico del proyecto es falso, considera el obispo. El programa de la ONU «proviene de una antropología materialista que olvida que el hombre tiene alma».
Repito: lo peor de la Agenda 2030 no son sólo los eufemismos que introducen la ideología de género, sino que lo peor es que (…) no dice nada de Dios, nada de la familia. (…) Es reemplazar la civilización (…) de los diez mandamientos que el Señor dio a Moisés – convenció el obispo Munilla a sus oyentes.
El programa de la ONU es, por lo tanto, según la opinión común, un sueño secular de «salvar» a la humanidad a través de la política y medios mundanos. Mientras tanto, como subrayó el sacerdote, tal empresa debe terminar en un fracaso. Al borrar el orden sobrenatural, el hombre se separa del creador de la naturaleza y pierde orientación incluso en lo natural.
Lo vemos en nuestros tiempos. Sin Dios perdemos la cabeza. (…) La famosa, maravillosa, impactante frase de Chesterton, que en mi opinión encaja perfectamente al hablar de la agenda 2030, que percibimos críticamente, es la siguiente cita (…):
“Quitad lo sobrenatural y no encontraréis lo natural , sino lo que es contrario a la naturaleza”. (…) Negamos a Dios, eliminamos a Jesucristo y de repente estamos hablando del derecho al suicidio, estamos hablando del derecho al aborto, de la autodeterminación de género – comentó un obispo español sobre el proyecto secular de la ONU.
Sin embargo, el escepticismo de la jerarquía hacia la Agenda 2030 de la ONU no es compartido por el propio Vaticano. Bajo el liderazgo del Papa Francisco, la Santa Sede ha expresado repetidamente su apoyo al «desarrollo sostenible», a pesar de que su contenido es contrario a la moral cristiana y a los principios de la fe.
Lo que es peor, la crítica acertada del obispo Munilla a los intentos de construir un orden secular perfecto, así como a la «Agenda 2030», podría aplicarse a algunos de los documentos papales emitidos en las últimas décadas. Pablo VI y Juan XXIII, en encíclicas políticas como «Populorum Progressio» o «Pacem in Terris», aseguraron que la humanidad es cada vez más perfecta gracias al progreso y camina hacia la construcción de un orden universal de «derechos humanos».
Jueves 25 de abril de 2024.
pch24.