Un segundo ataque de ciática, a tres semanas del anterior, ha impedido al Papa Francisco presidir hoy la misa del Domingo de la Palabra de Dios y le ha obligado a suspender hasta nuevo aviso el discurso al cuerpo diplomático, convocado para este lunes.
El aplazamiento del encuentro diplomático en el último minuto y por tiempo indefinido supone un grave trastorno, pues una parte de los 185 embajadores ante la Santa Sede residen en otras capitales europeas, y la pandemia ha obligado tanto a suprimir la mayoría de los vuelos regulares como a someterse a pruebas de PCR los días previos al embarque.
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Francisco ha cancelado también su participación en el encuentro ecuménico del lunes por la tarde en la basílica de San Pablo Extramuros para rezar por la unidad de los cristianos en la fiesta de la conversión de San Pablo.
El Papa ha mantenido en su agenda tan solo el rezo del Ángelus en pie desde su biblioteca, pues la breve catequesis, la plegaria y los saludos suman en total unos veinte minutos.
Se le notaba ligeramente más cansado y ojeroso. Aunque la plaza de San Pedro sigue estando vacía por el confinamiento en Italia, la ceremonia se transmite en «streaming» y el Papa bendice a los fieles que la siguen en todo el mundo.
Además de comentar la importancia de la Palabra de Dios y de animar a leer y meditar cada día un texto breve del Evangelio, el Santo Padre ha lamentado la muerte por frío de Edwin, un nigeriano sin techo de 46 años, la noche del pasado 20 de enero a unos pasos de la plaza de San Pedro. Se ha referido también a la muerte similar de otras personas sin casa en la ciudad de Roma. Suman ya diez desde el mes de noviembre.
En tono severo ha recordado que, ante un suceso similar, el Papa Gregorio Magno ordenó que no se celebrase la misa ese día pues la muerte de un pobre por frío en medio de una comunidad cristiana equivale a un Viernes Santo.
Francisco tuvo un primer ataque fuerte de ciática justo al inicio de su pontificado, pero logró no llegar a cancelar ningún encuentro programado. El episodio del pasado mes de diciembre, en cambio, le impidió participar en el Te Deum del 31 de diciembre y la misa del uno de enero.
Con información de ABC/Juan Vicente Boo
