Un francés mal parado ante el Papa

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Un encuentro que llamó poderosamente la atención en los medios políticos del mundo, fue el que hoy tuvieron en el Vaticano el papa Francisco y el Primer Ministro francés, Jean Castex. ¿La razón?

1.- El encuentro programado con antelación, no presentaba, desde su anuncio formal, ningún elemento de extraordinaria atracción. El propósito era de carácter estrictamente diplomático: el recordatorio, la celebración  del centenario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Francia y la Santa Sede.

2.- Sin embargo, algo se atravesó en el camino: el pasado día 5 se divulgò en Francia un Informe, el denominado Informe Sauvé, en el que se dieron a conocer cálculos numéricos de posibles abusos homosexuales de sacerdotes en ese país, que mañosamente exhibieron una cifra explosiva, escalofriante.

3.- A partir de dicho Informe se desató una campaña contra el sacramento de la Reconciliación, y sobre todo la pública demanda de que fuera roto el secreto de la confesión, para que todo sacerdote quedara legalmente obligado a denunciar ante las autoridades civiles a los infractores en la materia.

4.- Así que tanto el contenido del mañoso «Informe Sauvé» como las presiones para la abolición en Francia del secreto de Confesión,

 

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convirtieron en encuentro de Francisco con Castex en un suculento platillo de especulaciones.

Al final, Castex mismo comentó sobre lo que todos especulaban:

“Esto no es una primicia: la Iglesia no retrocederá en el dogma del secreto de la confesión. Pero debemos a toda costa encontrar formas y medios para conciliar esto con el derecho penal, los derechos de las víctimas. Es plenamente consciente. Es un trabajo a largo plazo “.

Al margen de los asuntos de fondo que el propio Castex aseguró se trataron, se registró el consabido intercambio de «detalles» o regalos entre el papa y el primer ministro francés:

  • Jean Castex, quien dijo haber invitado a Francisco a Francia, le obsequió tanto una camiseta firmada por Lionel Messi  -el compatriota del Papa argentino que ahora juega en el PSG-,  como una primera edición ilustrada por Tony Johannot de Notre Dame de París, la novela de Victor Hugo, que data de 1836.
  • El Papa le obsequió un mosaico que representa a los viticultores con la inscripción “Que el fruto de la vid y la obra del hombre se conviertan para nosotros en la bebida de la salvación”.

Lo que a nosotros nos ha llamado la atención, sin embargo, es la fotografía.

Mucho se ha escrito sobre los estereotipos, sobre las peculiaridades tanto de los argentinos como de los franceses. Tanto es así, que el propio Francisco comentó en una ocasión al entonces presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que «siendo argentino esperaban que me llamase Jesús II«.

La fotografía divulgada de este lunes, sin embargo, pareciera ser lo suficientemente ilustrativa del ego galo. O mejor, porque nunca es bueno generalizar, del ego de algunos franceses. Castex está mal parado.

Castex se hizo retratar anteponiendose al Papa, y no como es lo propio, lo correcto: a la par que Su Santidad. Uno al lado del otro. Y no uno adelante del otro. Porque el Papa es, también, un Jefe de Estado.

 

japs/agencia católica de noticias.

 

 

 

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