Turba hindú rodea y expulsa de tren a dos religiosas y dos novicias

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Acusaron a las religiosas de intentar convertir a las jóvenes y las llevaron a la comisaría entre gritos y amenazas. Recuperaron la libertad tras la intervención de sacerdotes y oficiales superiores de la policía. La Iglesia Siro-Malabar habla de «un intento planificado de hostigamiento y maltrato a las religiosas» y de intolerancia hacia otras religiones, y pide que se castigue a los responsables.

El 22 de marzo, dos religiosas de la Congregación de las Hermanas del Sagrado Corazón (en la foto) que acompañaban a dos postulantes que iban de vacaciones desde su convento en Delhi  hasta Chhattisgarh, fueron bajadas por la fuerza de un tren de pasajeros en la estación de Jhansi, por una turba de 150 extremistas de derecha del grupo Hindu Vahini que acusaron a las monjas de llevarse a las dos jóvenes para convertirlas.

Las religiosas llamaron a Delhi e informaron a su congregación sobre el atropello sufrido en el tren. A pesar de que las dos mujeres mostraron el Adhar (documento de identidad) y otras pruebas de que eran cristianas, los extremistas lanzaron consignas jaishriram (hindúes) y acosaron a las viajeras. Cuando el tren llegó a la estación de Jhansi, la policía ferroviaria las bajó a la fuerza del tren.

A pesar de que las monjas pidieron mujeres policías, las obligaron a dirigirse a la comisaría junto con los extremistas que gritaban consignas vulgares, y no se les permitió usar sus teléfonos.

Cuando supo que el tren había partido sin las religiosas, el superior de la congregación se puso en contacto con la casa del obispo de Jhansi; los sacerdotes junto con oficiales de la policía acudieron a la comisaría y confirmaron que eran inocentes. Las religiosas fueron conducidas a la casa del obispo y tuvieron que salir al día siguiente vestidas de civil. En el tren solo les asignaron 2 asientos reservados para discapacitados. Después de su terrible experiencia, las 4 mujeres tuvieron que compartir 2 asientos y continuar su viaje de 24 horas en un compartimiento abarrotado.

Sajan K George, presidente del Consejo Global de Cristianos Indios (Gcic), comentó con AsiaNews lo ocurrido. Considera que «es indignante y debe ser condenado enérgicamente”. “Ahora – dijo – hasta la libertad de viajar es monitoreada por extremistas que mantienen vigilado incluso el transporte público … ¿por qué se trata a la comunidad cristiana minoritaria como ciudadanos de segunda clase  en la India secular?».

La Iglesia Syro-Malabar condenó enérgicamente el incidente. En una nota del P. Alex Onampally, secretario de la Comisión de Medios de comunicación, se denuncia el «intento planeado de hostigar y maltratar a las religiosas» así como la intolerancia hacia otras religiones, y pide que se castigue a los responsables.

La Iglesia Católica Romana Syro-Malabar especificó que las dos religiosas acompañaban de vacaciones a las dos postulantes (novicias) de diecinueve años de Rourkela. “Durante el viaje, las dos postulantes iban vestidas de civil y las religiosas con sus hábitos. Cuando llegaron a Jhansi alrededor de las 19.30 horas del 19 de marzo, algunos activistas de Bajrang Dal, que regresaban de una peregrinación, las maltrataron y acosaron. Su principal acusación fue que las dos postulantes eran llevadas por las religiosas para convertirlas al cristianismo. No aceptaron las palabras de las postulantes de que habían nacido cristianas”.

Las religiosas fueron detenidas por la policía en la estación de tren de Jhansi “cuando los activistas de Bajrang Dal informaron falsamente que llevaban a las jóvenes para convertirlas. Cientos de activistas de Bajrang Dal crearon una atmósfera de terror gritando consignas en el exterior cuando las religiosas ingresaron en la comisaría”.

“Las religiosas recuperaron la libertad alrededor de las 23.30 pm, después de que un oficial de policía verificó la situación. Luego fueron trasladadas a la casa del obispo en Jhansi y al día siguiente llegó la hermana provincial de Delhi para facilitar los trámites. Posteriormente reanudaron el viaje con la protección de la policía ferroviaria. A las cuatro pasajeras les asignaron dos asientos para discapacitados y completaron el viaje de 24 horas con numerosas incomodidades”.

“Se sospecha que la llegada de unas 150 personas a la estación en tan poco tiempo y el ataque contra las religiosas fue planificado  La experiencia de las cuatro religiosas en Jhansi es solo el último ejemplo de cómo se está difundiendo en la India la intolerancia hacia otras religiones. Decenas de miles de sacerdotes y religiosas realizan un servicio desinteresado en los estados del norte. La Iglesia Siro-Malabar condena enérgicamente estos actos violentos contra los cristianos que son ciudadanos del país y pide al gobierno del estado y al gobierno central que castiguen severamente a los culpables”.

 

Por Nirmala Carvalho.

Mumbai, India.

AsiaNews.

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