La fe no se puede vivir en solitario, aislados de los demás. Tenemos que caminar siempre en comunión con la Iglesia, sostiene Julio César Salcedo Aquino, obispo de Tlaxcala. Ante el retorno a las misas presenciales, el Obispo consideró que “sentíamos la necesidad de la presencia de los demás, de la comunidad”.
Dijo que el permanecer en los hogares tiene como finalidad cuidar la salud y la vida, “pero de todas maneras sentíamos esa necesidad de la presencia. Hoy, “al participar en las plataformas digitales, nos estamos uniendo a la Iglesia”.
Finalmente, puntualizó que tener fe es apoyarse entre hermanos; “necesitamos la fe de los demás y ellos necesitan de la nuestra, por eso necesitamos amar mucho a la Iglesia y la Iglesia son las personas”.
FELIGRESIA RESPONSABLE
En tanto, después de calificar a la feligresía como responsable por su regreso gradual a las misas dominicales, Ranulfo Rojas Bretón, coordinador de la Comisión Diocesana Covid-19, aseveró que todavía no se abarrotan los templos religiosos.
En entrevista, declaró que no hay una forma específica de medir el grado de asistencia, aunque en comparación con momentos antes de la pandemia, el número de fieles ha disminuido, lo cual se debe principalmente a que el semáforo epidemiológico continúa en naranja.
Agregó que, a la fecha, la Diócesis de Tlaxcala no ha reportado la distribución de boletos para que los católicos asistan a las iglesias, lo cual es bueno, ya que los asistentes han dado muestras de civilidad.
“La orden fue que se abriera con precauciones y entre ellas que se ocupara solo el 30 % de la capacidad, todo se está cumpliendo… volver a lo que vivimos en febrero no lo veremos en mucho tiempo, pues queremos preservar la salud”, soltó.
El también rector del Seminario, declaró que las celebraciones ofrecidas a la fecha han sido con todas las medidas de seguridad, a efecto de que brinden la confianza entre la gente de que están en un lugar seguro.
«Aquel que cede en la tentación de ir por su cuenta o tener una mente individualista que predomina entre la sociedad, no encontrará a Dios»