Tierra Santa: sacerdotes católicos podrán impartir la confesión, la eucaristía y la unción de los enfermos a ortodoxos

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  • Se dieron a conocer las directrices para la pastoral ecuménica del patriarcado latino.
  • Los sacerdotes católicos podrán impartir los sacramentos de la confesión, la eucaristía y la unción de los enfermos a los fieles de las Iglesias ortodoxas, siempre que estos lo soliciten por iniciativa propia.
  • Los católicos también podrán recibir los mismos sacramentos de un ministro de la Iglesia Ortodoxa.

Desde hace generaciones Tierra Santa funciona como un laboratorio de ecumenismo. La interacción creciente entre las diversas Iglesias y los fieles «no es una novedad» y «hemos querido poner en orden esta experiencia» por medio de un documento. El Patriarca Latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, dialogó con AsiaNews sobre la reciente publicación de las «Orientaciones para la Pastoral Ecuménica de las Iglesias Católicas en Tierra Santa» aprobadas el 5 de octubre por la Asamblea de Ordinarios Católicos (AOCTS). El texto reconoce lo que ya se verifica desde hace  tiempo en la vida cotidiana con la interacción creciente entre cristianos de diferentes ritos y tradiciones, y las implicaciones que esto conlleva en términos de doctrina y práctica de la fe. «Tierra Santa es un laboratorio, un termómetro -añade el patriarca- pero también es válido para Occidente, por el creciente fenómeno de la inmigración».

“Lo importante es destacar -explica el patriarca latino- que se trata de directrices pastorales que no inciden en la doctrina, aunque no la ignoran”, y señala que a estas alturas hay muchas familias “que son mixtas” y hay que dar respuestas prácticas a esa realidad. «La relación entre las Iglesias – añade – no es doctrina, sino una necesidad urgente de las propias familias» que no necesitan «principios» indisolubles sino «indicaciones» concretas.

El documento entrará en vigor el 28 de noviembre y se aplicará en todas las Iglesias católicas de Tierra Santa (Israel, Palestina, Jordania y Chipre), bajo la dirección de obispos, sacerdotes, religiosos y fieles de lengua árabe, judía y de inmigración. Involucrará a las comunidades vinculadas al Patriarcado Latino, la Iglesia greco-melquita, la maronita, la sirio-católica, la armenia y la caldea. El texto exhorta a los fieles a dar prioridad a la práctica de la fe y los sacramentos «en la propia Iglesia», a evitar gestos que puedan parecer proselitistas y a abrirse a otras confesiones.

El abordaje sigue los criterios del «camino sinodal» trazado el 30 de octubre por la Iglesia de Tierra Santa, dentro del programa más amplio del sínodo general auspiciado por el Papa Francisco en torno a tres palabras clave: comunión, participación y misión. Las recomendaciones se centran en compartir la vida sacramental con los bautizados de otras confesiones cristianas y las celebraciones litúrgicas, mientras que la formación ecuménica, las escuelas, los jóvenes y lao obras de caridad se abordarán en una etapa posterior.

Los sacerdotes católicos podrán impartir los sacramentos de la confesión y la eucaristía – se habla de «hospitalidad eucarística» a los no católicos – y la unción de los enfermos a los fieles de las Iglesias ortodoxas, siempre que lo soliciten por su propia iniciativa; estos deberán respetar la disciplina mediante la cual se administran. Los católicos también podrán recibir los mismos sacramentos de un ministro de la Iglesia Ortodoxa, con la que existe una mayor afinidad.

Para los referentes de la Iglesia el documento constituye un paso importante en el camino del ecumenismo y la relación entre confesiones, aunque el patriarca insiste en aclarar que «no supone ninguna innovación, sino que solamente se ha querido poner en claro la realidad que se vive todos los días». Y también – sigue diciendo- dar pautas a los sacerdotes y párrocos para afrontar «las situaciones más complejas» sin correr el riesgo de «simplificar demasiado» o de «hacer proselitismo», en un marco de «buenas relaciones» entre las Iglesias.

Relaciones que resultan más definidas con los ortodoxos «con quienes compartimos la disciplina de los sacramentos y el sacerdocio», mientras que sigue habiendo mayores obstáculos con el mundo evangélico y anglicano. Las orientaciones responden a “una necesidad, un grito que viene de abajo, de llevar a la práctica el diálogo ecuménico. La necesidad de estar juntos no es una cuestión entre teólogos», sino un aspecto de la unidad cristiana y un punto de apoyo «para relacionarse con el islam y el judaísmo». Después de la oscuridad, el silencio y el distanciamiento que impuso la pandemia de covid-19 – concluyó el patriarca – la Iglesia «está viviendo una nueva etapa, hemos comenzado el sínodo con entusiasmo, hay ganas de encontrarnos y celebrar».

 

Jerusalén, Israel.

AsiaNews

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