* El arzobispo de Oviedo ha vuelto a dejar claro en su carta pastoral de esta semana su disgusto y descontento con Fiducia supplicans.
En primer lugar, el obispo franciscano habla sobre el contexto internacional y lamenta que «la humanidad sigue sin aprender de sus propios errores y mantiene extrañamente en alto sus armas, sigue cavando trincheras y hace las cuentas minuciosas para continuar las diversas guerras que nos desangran: no sólo en Gaza o en Ucrania, sino en tantos conflictos bélicos que siegan vidas y destruyen historias». Junto a esto -escribe Jesús Sanz Montes- «continúa la pretensión de reescribir la trayectoria humana, de imponer consignas, de manipular conciencias desde las demagogias falaces de las ideologías y agendas que nos gravan en clave política mientras se intenta deconstruir todo lo que represente la tradición cristiana».
Como es habitual en monseñor Sanz Montes, ha abordado la precaria y lamentable situación política que atraviesa España. El arzobispo de Oviedo ha vuelto a denunciar «los tejemanejes de una política torticera que no busca el bien común, sino los propios intereses no pocas veces tramposos y mendaces que fuerzan las cosas, manipulan las normas y desvirtúan las reglas del juego democrático en un Estado de derecho cada vez más vulnerable que arriesga pervertir la convivencia rompiendo la igualdad de los pueblos».
A diferencia del resto del episcopado español que guarda un escandaloso silencio sobre la situación que atraviesa la Iglesia, Jesús Sanz se atreve sin complejos a reconocer que dentro de la Iglesia, «no andamos sobrados tampoco de serenidad, ni de claridad».
El arzobispo de Oviedo ha lamentado «los envites que sufrimos hasta el martirio como nuestros hermanos en África esta pasada navidad con la matanza de Nigeria» a lo que hay que sumar también «otros documentos mastuerzos que son innecesarios, tienen una intencionalidad confusa y acomplejada, y responden a un guiño demagógico que retuerce la verdad de la gran tradición cristiana y la enseñanza perenne del Magisterio de la Iglesia», dice Sanz Montes en clara alusión a la declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y firmada por el Papa que permite la bendición a parejas homosexuales.
«¿A qué viene ese brindis campanudo por bendecir lo que Dios no bendice, cuando desde siempre hemos bendecido a las personas y no sus derivas y sus relaciones?» se pregunta el arzobispo Sanz Montes quien asegura que «seguiremos bendiciendo a cuantos nos pidan ese gesto como ayuda personal para poner sus vidas bajo la luz de Dios y acordes a su gracia».
