El cardenal alemán Walter Brandmüller se ha sumado a su colega americano Burke -ambos únicos firmantes supervivientes de los Dubia planteados al Papa sobre Amoris Laetitia- para criticar la súbita e insólita prohibición de misas particulares en la Basílica de San Pedro, calificándola de “nula”.
Brandmüller es tajante, escribiendo en una tribuna aparecida en el británico Daily Mail: La carta de la Secretaría de Estado en la que se prohíben las misas particulares en la Basílica de San Pedro no es vinculante por motivos de forma y contenido.
Para empezar, la carta no tiene número de protocolo ni firma, solo el sello de la Secretaría de Estado con las iniciales del sustituto, lo que la hace excepcional, en opinión del cardenal alemán, sobre todo porque la Secretaría de Estado no tiene jurisdicción legal, que pertenece al capítulo de San Pedro presidido por el Cardenal Arcipreste.
De hecho, ni siquiera se cita el nombre del arcipreste, el cardenal Gambetti. En resumen, afirma Brandmüller, estaríamos ante un caso de usurpación de competencias, además de ignorar el Canon 902 del Código, que garantiza a todo sacerdote la libertad para celebrar individualmente la Eucaristía, siempre que no se esté concelebrando. Todo esto haría de la carta un documento “nulo y sin valor”.
Para Brandmüller, la carta sería en realidad un ‘globo sonda’ para observar las reacciones a las innovaciones que el Vaticano tiene la intención de aplicar.
Todo esto lleva al centro último de poder, el Papa, que tiene “plenitud de poder” y no debe responder ante nadie en este bajo mundo. Pero esa plenitud, advierte Brandmüller, solo significa que el Papa no tiene por encima poder terrenal algo, no que su poder no tenga límites en la moral natural y cristiana.
En cualquier caso, Brandmüller piensa que sería absolutamente irresponsable negar a los numerosos peregrinos, especialmente a los sacerdotes, que vienen a Roma en gran número desde lugares lejanos del mundo, la oportunidad de celebrar la Santa Misa “en la casa del padre, por así decirlo”.
NOTA DE LA AGENCIA CATÓLICA DE NOTICIAS:
También el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller ha manifestado su parecer de que es inválido del documento anónimo que canceló las celebraciones en las celebraciones en la Basílica de San Pedro, en Roma. Por ello es que en el título pusimos «un tercer cardenal», pues la nota original que reproducimos, no contenía el dato.
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