El blitzkrieg (guetrra relámpago) de Trump y Musk contra la cartera internacional del Estado profundo estadounidense -la agencia USAID, con un presupuesto de 50.000 millones de años, considerada por muchos como una fachada de facto de la CIA– se ha cobrado una víctima que podría tener un significado específico: el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), un grupo religioso que se ocupa de la inmigración.
El 6 de febrero, el sitio web del JRS publicó una nota diciendo que la organización “expresa su preocupación por la orden de suspensión de trabajos en Estados Unidos”.
«El viernes 24 de enero, la administración Trump ordenó congelar toda la ayuda exterior. Esta congelación también tuvo como consecuencia una paralización total del trabajo, donde ni siquiera se pudo cubrir los gastos básicos de funcionamiento, los gastos generales y el personal.“Se les debe pagar”, escribe JRS. Las únicas exenciones iniciales serían para programas alimentarios de emergencia y ayuda militar a Israel y Egipto».
“En la actualidad, el JRS apoya la labor que salva vidas entre las poblaciones refugiadas y desplazadas en nueve países de todo el mundo con financiación de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de Estados Unidos (DOS-PRM)”, explican los jesuitas. “Son algunas de las personas más vulnerables y marginadas del mundo. Los proyectos globales financiados por JRS PRM para el año fiscal 2025 ascienden a más de 18 millones de dólares estadounidenses en asistencia para servicios esenciales y vitales en Chad, Colombia, Etiopía, India, Irak, Sudáfrica, Sudán del Sur, Tailandia y Uganda.
“Si bien la noticia de que el Secretario Rubio ha ampliado las exenciones para la asistencia humanitaria es bienvenida, los programas del JRS siguen en una situación precaria mientras esperamos la respuesta del DOS-PRM sobre cuáles de nuestros programas y actividades estarán exentos durante la revisión y cuáles continuarán después de que concluya el período de revisión”, escribe el sitio.
No se dan cifras: no se sabe qué parte del presupuesto de la agencia de inmigración jesuita salió de los bolsillos de USAID.
Lo que sí ha surgido es la pregunta: «¿Un mensaje de Trump a Bergoglio y a la Iglesia profunda?«-
WASHINGTON, DC.
RENOVATION/MIL.