Un grupo de obispos de casi todos los estados del país coincidieron en señalar que las aspiraciones del actual presidente de definir sus 6 años de gobierno como una verdadera transformación y que, por cierto, pasaría a la historia, resultó sólo un sueño iluso ya que vendió la leche, antes de tener la vaca.
El solo se autodefinió como el TRANSFORMADOR plenipotenciario; los resultados en los cinco años que tienen en el poder, derivan en lo mismo: No ha sabido gobernar en lo absoluto, lo han hecho de manera irresponsable, insensible transformándolo en un gobierno fallido.
Un presidente inculto, falto de preparación para el cargo, ignorante en una gran cantidad de temas, se ha comportado como presidente de un partido político y no como un jefe de estado debido a que “el que no sabe es como el que no ve”.
Ha demostrado mañana tras mañana, su falta de preparación para dirigir a un país como México con 130 millones de habitantes y 40 millones que viven, además, en Estados Unidos y Canadá, quienes han sufrido las incoherencias, las ocurrencias de un tipo que no estudió, terminó la carrera, si es que lo hizo, en 14 años, ajeno en asistir a foros mundiales con la representación de México, debido a su falta de confianza en él mismo, le aterra estar en un país que no se hable español, por eso no ha asistido a eventos mundiales porque no sabe ni decir “good morning”.
Al principio de su período, una gran parte del padrón electoral, al haber votado por él, le confió ampliamente su capacidad para dirigir al país, pero ya transcurrieron cinco años y sería inútil transcribirlos todos, ya que han sido más los errores que los aciertos.
Es un tipo ya antipático, cae mal, cuando habla a lo insulso y lo que es todavía peor que no sabe lo que dice y al contrario en aclarar las cosas, se hunde mas en demostrar su ignorancia en muchos temas.
Habla de una cuarta transformación, pero como digo, es un sueño que no ha podido realizar debido principalmente a que no está preparado y renunció a tener en su equipo de trabajo a un grupo de funcionarios públicos que le ayudaran a realizar la tarea de administrar un país de las características del nuestro.
Da pena ajena cuando ciudadanos de otros países nos refieren la calidad de presidente que tenemos, pues su torpeza ha trascendido fronteras y la verdad da pena, vergüenza y coraje por la gran equivocación que tuvieron 30 millones de personas que creyeron en su capacidad y ¡vaya manera de defraudarlos! Y lo peor que se identifican con él.
De no ser por la actividad de los vendedores ambulantes, los tianguis, puestos de comida, es decir, economía informal, así como los envíos de remesas de nuestros paisanos, el excesivo gasto en Pemex y otras entidades a México ya se lo hubiera cargado el payaso.
Poco se ha mencionado acerca del nulo apoyo que recibió la iniciativa privada, los comercios, las industrias, muchas de ellas se fueron a la quiebra con la pandemia, pero en otros países, conscientes de la importancia, sí fueron apoyadas porque generan empleos.
Quitó la Subsecretaría de Industria y Comercio que apoyaba a las mypimes que representan el 90% de las empresas productivas del país, canceló al Instituto del Emprendedor.
Cero apoyos, al contrario auditorías, investigaciones por medio de la UIF, -Unidad de Inteligencia Financiera- para acechar, acosar a los emprendedores a través de una excesiva vigilancia gubernamental.
Como digo al inicio de esta columna, al presidente que actúa como candidato, le quedó muy grande la silla presidencial, ahora el resto del padrón electoral que somos mayoría. Estamos obligados a tener nuestra credencial del INE para el próximo año, salgamos a votar y botemos a la basura, a este tipo y miles de colaboradores que, como comparsa, no han servido para nada, en un sexenio fallido.
