A sus 90 años de edad, cumplidos ayer, Soros goza de un magnífico estado de salud, de forma que incluso juega al tenis tres veces por semana.
En su entrevista a El País (ver aquí completa), este judío de origen húngaro y nacionalizado estadounidense, da su parecer sobre la actual pandemia por Covid-19:
Estamos en una crisis, la peor crisis que he vivido desde la Segunda Guerra Mundial. Yo la describiría como un momento revolucionario, en que la gama de posibilidades es mucho mayor que en tiempos normales. Aquello que en una situación de normalidad sería inconcebible, no solo se vuelve posible, sino que de hecho ocurre. La gente está desorientada y asustada. Hacen cosas que son malas tanto para ellos mismos como para el mundo.
Soros cree que Europa es más vulnerable que Estados Unidos y espera que la presidencia de Donald Trump acabe en noviembre:
… estoy convencido de que Trump será un fenómeno transitorio que, con un poco de suerte, se acabará en noviembre. Sin embargo, es un individuo muy peligroso porque está luchando por su vida, y estará dispuesto a hacer prácticamente cualquier cosa para mantenerse en el poder, porque ha infringido la Constitución de muchas maneras diferentes.
En cuanto a Europa, señala a quienes considera sus enemigos internos:
Hay muchos líderes y movimientos que se oponen a los valores fundamentales de la UE. Existen dos casos en los que estos enemigos han llegado al poder y han capturado al Gobierno: Viktor Orbán en Hungría y Jaroslaw Kaczynski en Polonia. Sucede que precisamente Polonia y Hungría son los mayores receptores del fondo estructural que distribuye la UE. Pero mi mayor preocupación es Italia. Un líder antieuropeo muy popular, Matteo Salvini, logró ganar bastante terreno hasta que sobreestimó su éxito y desmembró al Gobierno. Eso fue un error fatal. Ahora su popularidad va en declive. Pero ha sido efectivamente reemplazado por Giorgia Meloni, del partido Fratelli d’Italia, que es incluso más extremista. La coalición de gobierno actual es sumamente frágil.
Como es bien sabido, esos tres enemigos señalados por Soros comparten una misma serie de valores. A saber, su oposición a la cultura de la muerte (aborto, eutanasia, etc), a la ideología de género (LGTBI, educación sexual en la escuela), a la política de puertas abiertas a la inmigración y a la pérdida de soberanía de los estados.
Con información de InfoCatólica