* El Vaticano deja a los cismáticos de Alemania y Bélgica que hagan lo que quieren, con grave riesgo para la Fe, la salvación de almas y la propia Iglesia
La Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa ha hecho suyos los objetivos de la Agenda 2030.
El padre Santiago Martín alerta: el éxito de las JMJ ha residido desde su origen en la confirmación y confraternización masiva frente a las corrientes del mundo, haciéndole ver a los jóvenes que no están solos en su afirmación católica y fraguando amistades (y amores) auténticos y duraderos. Si ahora eso se contamina con las ideologías en boga, explícitamente anticristianas, incluidas en la Agenda 2030 de la ONU mediante un lenguaje engañoso, no solo está en riesgo -y es lo más importante- la fe de esos mismos jóvenes, y la misma continuidad de las JMJ se truncará, al adoptar objetivos, metas y métodos totalmente anricristianos, al amparo del «ecologismo», del «ambietalismo» nelmalthusianos.