El domingo 10 de septiembre será proclamada beata la familia polaca Ulma, exterminada por los nazis por haber ayudado a una familia judía.
La familia estaba formada por los dos padres, seis hijos nacidos, uno todavía en el útero de la madre. Esta circunstancia (es decir, que aún no había nacido el séptimo hijo, según relata el Postulador que recogió los testimonios de la época sobre el martirio), a pesar de la crudeza y la tragedia de los hechos, había impulsado a personas y agrupaciones provida. que habían visto con razón en esta beatificación del «feto por nacer» una defensa fuerte y decisiva (y coherente) por parte de la Santa Sede de la dignidad de la vida también de los fetos: de hecho, habría sido la primera beatificación de un » persona no nacida».
Sobre todo, los movimientos provida estadounidenses fueron los más entusiastas, porque es precisamente en Estados Unidos donde algunas leyes desafortunadas permiten la interrupción del embarazo incluso unas semanas antes del nacimiento.
¡ABRE CIELO!
Ante la polémica desatada a raíz de estas justas «reclamaciones» del Pro Vida , ¿qué decide hacer la Santa Sede? ¿Guardar silencio, imparcial y fuerte en su superioridad moral para no caer en esas “riñas partidistas”?
No.
En medio de tanta ambigüedad que ha caracterizado al gobierno de la Iglesia durante al menos una década, la Santa Sede decide precipitadamente tomar una postura.
Lástima que fuera el equivocada.
Y he aquí la noticia del día y del post de hoy:
Eel Dicasterio para las Causas de los Santos, que bien podría haber guardado silencio, decidió echar de repente el freno de mano (creando no poco desconcierto) y emitir una Nota ( no solicitado ni necesario, es más, vergonzoso) firmado por el Card. Prefecto Semeraro, en el que precisa que…¡ nació el séptimo hijo !.
(Y esto, aludiendo a detalles verdaderamente íntimos y fuera de lugar, sobre todo por la intención de fondo: al momento del hallazgo de los cuerpos de los mártires de Ulma, dice que se había descubierto que se había encontrado al séptimo niño de siete meses, sí, todavía en el útero, pero con la cabecita saliendo del útero).
Los genios del Dicasterio Vaticano precisaron luego que:
«1. En el momento de la masacre, la señora Wittoria Ulma se encontraba en avanzado estado de embarazo de su séptimo hijo.
2. Este hijo nació en el momento del martirio de su madre.
3. Estos, por tanto, se sumaron al número de hijos, ellos también mártires. De hecho, en el martirio de sus padres recibió el bautismo de sangre».
Cosas locas.
Dejando de lado las frías disquisiciones jurídicas que ahora dejan el tiempo que encuentran (según el ordenamiento jurídico italiano, un niño para ser declarado «nacido», y tener capacidad jurídica, debe separarse material y completamente del lecho materno, y comenzar a respirar y tenr actividad , es decir, «llorar», o en su defecto debe considerarse «muerta»), está tristemente claro para todos que esta vergonzosa especificación de la Santa Sede es verdaderamente vergonzosa y sumamente dañina. Y revela intenciones en las que ni siquiera nos da asco pensar.
Ciertamente la Nota tiende a retirar las armas de la batalla en defensa de la vida.
¿Qué otra motivación podría haber? El número de beatos no cambia (antes de esta nota se había considerado que la familia a elevar a los honores de los altares era de 9 personas, y siempre quedan 9…). Entonces: ¿por qué hacer esta aclaración sin sentido (publicada a raíz, como leemos, de la noticia difundida por los medios), si no por razones políticas y eliminar una ayuda importante?
¿Vaticano a la lucha en defensa de la vida, muy acalorado y combativo (además de político) en el extranjero? Ah, sí, porque la medida del Vaticano huele a decisión política.
Al parecer el Dicasterio se presta incluso a la manipulación de los informes del Postulador (basados evidentemente en testimonios auténticos de la época) para bloquear o en todo caso no favorecer a la derecha americana con la beatificación de un «niño por nacer». Entiendan bien, en cambio, que una (excelente) noticia perturbadora hubiera sido: ¡la Iglesia católica beatifica a un «feto no nacido»! Pero no.
Si crees que es el argumento de una película de terror, lamentamos tener que asegurarte que lamentablemente todo es cierto.
Por LUIGI CASALINI.
CIUDAD DEL VATICANO.
VIERNES 8 DE SEPTIEMBRE DE 2023.
