El líder del grupo The Satanic Grotto que planeaba llevar a cabo una “misa negra” en el Capitolio del Estado de Kansas fue arrestado después de golpear a un joven que interrumpió su ritual.
Se han proporcionado imágenes de video del arresto a LifeSiteNews y muestran al líder del grupo, Michael Stewart, siendo detenido por la policía dentro del Capitolio del Estado de Kansas.
Las imágenes muestran claramente a un joven intentando agarrar un trozo de papel de la mano de Stewart mientras estaba haciendo su «dedicación», y Stewart respondió golpeándolo en la cara.
Según un informe local que detalla los momentos previos al arresto , los agentes del orden del Capitolio estatal «recibieron a Stewart en la puerta, diciéndole que era bienvenido dentro del edificio, pero que no podía realizar ninguna demostración». Stewart habría accedido, pero tras dirigirse a la rotonda, «alzó los brazos al cielo e hizo una ofrenda» al diablo.
Fue entonces cuando una “mujer lo confrontó, diciéndole que no le estaba permitido hacer eso, mientras un hombre se acercaba sosteniendo un medallón y rezando”.
Los miembros de la Gruta Satánica habían dicho previamente que planeaban desafiar la orden de la gobernadora de Kansas, Laura Kelly, de prohibir que su blasfema “misa negra” tuviera lugar dentro del edificio del Capitolio.
El arzobispo de Kansas City, Joseph Naumann, también denunció repetidamente el evento profano. En una carta reciente a los fieles, declaró que «el diablo no tiene poder sobre nosotros».
Como informó LifeSiteNews, para protestar contra la “misa negra” y hacer reparación a Nuestro Señor, la Sociedad Estadounidense para la Defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad organizó y llevó a cabo una manifestación del Rosario frente al Capitolio del Estado de Kansas el viernes por la mañana, en la que cientos de católicos se reunieron para rezar.
Aunque los gobiernos occidentales a menudo permiten estas exhibiciones públicas de blasfemia, alegando libertad de expresión o libertad religiosa, la encíclica Quas Primas del Papa Pío XI de 1925 deja claro que “los gobernantes y los príncipes están obligados a rendir honor público y obediencia a Cristo” porque “su dignidad real exige que el Estado tenga en cuenta los mandamientos de Dios y los principios cristianos, tanto al hacer leyes como al administrar justicia, y también al proporcionar a los jóvenes una sólida educación moral”.
VIERNES 28 DE MARZO DE 2025.
