Santa Teresa Benedicta de la Cruz, fue una monja carmelita, virgen y mártir. Nacida con el nombre de Edith Stein, impartió lecciones de filosofía en varias facultades, pero tras convertirse del judaísmo a la verdadera fe, tomó los hábitos de la Orden de las Carmelitas Descalzas. En 1942, murió en el campo de exterminio de Auschwitz (Polonia). Santa Teresa Benedicta de la Cruz es patrona de los judíos convertidos y co-patrona de Europa.
Santa Teresa Benedicta de la Cruz nació en Breslavia (ahora Polonia, entonces Alemania) el 12 de octubre de 1891 con el nombre de Edith Stein. Fue la más joven en una familia judía de once hermanos. El padre de la familia era un comerciante de maderas que murió cuando su hija menor aún no había cumplido los dos años. Tras la muerte desafortunada del padre, fue la madre de la familia Stein la que tuvo que hacerse cargo de la familia. A pesar de la insistencia de su madre de acercar a sus hijos a Dios, Edith cuenta como dejó de rezar «con plena conciencia y por libre elección».
Fue en el año de 1911 cuando comenzó a estudiar historia y estudios germánicos en la Universidad de Breslavia. Interesada desde entonces en diversos temas filosóficos, comenzó una fuerte inclinación hacia la política y el feminismo radical, formando parte de la organización Asociación Prusiana para el Derecho Femenino al Voto.
En el año 1913, Edith ingresa a la Universidad de Gotinga, donde se hace discípula del filósofo fenomenológico austriaco Edmund Husserl, quien le dirige su tesis doctoral. En dicha universidad Edith Stein conoció también al filósofo Max Scheler, quien se había acercado al catolicismo a pesar de ser hijo de padre luterano y madre judía. A través de sus reflexiones ético-religiosas, muchos de sus seguidores se habían acercado también al catolicismo.
En 1914, estalla en Bosnia la Primera Guerra Mundial, en la que rápidamente participa Alemania. Durante esos años, Edith Stein escribiría «ahora ya no tengo una vida propia». En su trabajo como enfermera durante la guerra, tuvo un fuerte contacto con enfermos de tifus, sintiéndose fuertemente impresionada por ver morir a tantos hombres en los años más preciados de la juventud. En 1916, cerró el hospital militar en el que Edith trabajaba, por lo que se trasladó a Friburgo, donde se encontraba su profesor Edmund Husserl. Ahí obtuvo el doctorado con una tesis titulada «Sobre el Problema de la Empatía«, que recibió el «summa cum laude». En las últimas páginas de su tesis escribía: «han habido personas que, tras un cambio imprevisto de personalidad, han creído encontrar la misericordia divina». Muchos han visto en estas palabras la primera señal de su futura conversión.
Por aquel tiempo, Edith Stein se encontraba en la ciudad de Fráncfort, donde se sintió impresionada por ver como una señora entraba a rezar a la catedral cargando la cesta de la compra. Como escribió la misma Edith: «Esto fue para mí algo completamente nuevo. En las sinagogas y en las iglesias protestantes que he frecuentado, lo creyentes acuden a las celebraciones. Aquí, sin embargo, una persona entró en la iglesia desierta, como si fuera a conversar en la intimidad. No he podido olvidar lo ocurrido.»
Cuando Edith vuelve a la Universidad de Gotinga, descubre que la familia de Adolf Reinach, el asistente de su maestro Husserl, se habían convertido al cristianismo. En ese tiempo, Edith narra como se encuentra a una creyente y dice: «fue el momento en que se desmoronó mi irreligiosidad y brilló Cristo».
Más tarde, Edith vuelve a Breslavia, donde escribe artículos para diversas revistas. En ese tiempo, tiene contacto con el Evangelio, así como con distintos filósofos cercanos al cristianismo. Lee a Kierkegaard y a San Ignacio de Loyola. Asímismo, sus conocidos de la universidad que se habían convertido al cristianismo crecían día a día. En la casa de campo de unos amigos suyos de la universidad, descubre la autobiografía de Santa Teresa de Ávila, y tras leerlo, como ella misma escribe, dice: «esta es la verdad».
Edith Stein recibe el sacramento del bautizo en enero de 1922, empezando así su vida de fe. Escribe al respecto: «Había dejado de practicar mi religión hebrea y me sentía nuevamente hebrea solamente tras mi retorno a Dios». En una celebración privada, recibió al mes siguiente el sacramento de la confirmación por parte del obispo de Espira.
Tras recibir los sacramentos, Edith Stein consigue trabajo como profesora de historia y alemán en el instituto y seminario para maestros del convento dominico de la Magdalena de Espira. Durante ese tiempo, traduce al alemán las cartas y artículos del cardenal Newmann (en su periodo antes de la conversión), así como algunas obras de Santo Tomás de Aquino.
En 1931, terminada su actividad en el convento de Espira, intenta ingresar como profesora en las universidades de Breslavia y Friburgo, pero todo ello sin éxito. Sin embargo, en 1932, consigue una cátedra en el Instituto de Pedagogía Científica de Münster.
El 14 de octubre de 1933 ingresa al convento de la Orden Carmelita Descalza de Colonia, según era su deseo desde hacía varios años, tomando el nombre de sor Teresa Benedicta de la Cruz. El 21 de abril de 1935 hace los votos temporales y el 21 de abril de 1938, su profesión perpetua.
El 9 de noviembre de 1938 sucede el acontecimiento conocido como la Noche de los Cristales Rotos, tras lo cual la superiora de las carmelitas de Colonia decide llevarse a sor Teresa Benedicta de la Cruz a los Países Bajos, debido a su origen judío. Ahí ingresa al monasterio carmelita de Echt, donde redacta su testamento el 9 de junio del siguiente año.
El 2 de agosto de 1942 la Gestapo apresa a sor Teresa Benedicta junto a otra de sus hermanas, irrumpiendo en la capilla del monasterio. Ante los inminentes hechos, Teresa Benedicta le dice a la hermana Rosa: «Ven, vayamos, por nuestro pueblo». Inmediatamente son trasladas al campo de concentración de Westerbork, y el 7 de agosto es trasladada a Auschwitz. Finalmente, dos días después, es asesinada en una cámara de gas junto a su hermana Rosa y muchos otros cristianos convertidos del judaísmo.
El 1 de mayo de 1987, sor Tersesa Benedicta de la Cruz es beatificada por el Papa Juan Pablo II, y el 11 de octubre de 1998, es canonizada. El año siguiente es proclamada patrona de los judíos convertidos y co-patrona de Europa.