Christian Marquant escribió un mensaje navideño sobre la situación de la Santa Misa en París.
Esta semana, a excepción del día de Navidad, seguiremos celebrando vigilias, rezando y protestando ante los obispos, sobre todo porque volvemos a experimentar lo que dice Lucas 2:7: «María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.
No había sitio para ellos en la posada.
París es un triste ejemplo de cómo se trata a la liturgia católica, como se trató al Hijo de Dios cuando vino a la tierra. En Saint-Georges-de-la-Villette y Notre-Dame-du-Travail, donde la gente sencilla solía acudir a rezar «como siempre», no hay lugar para ella.
No había sitio para ellos en la posada.
En Sainte-Odile, ya no hay sitio para la misa de los días laborables. Sólo hay espacio muy limitado en Sainte-Jeanne de Chantal, donde la Santa Misa llena la iglesia todos los días y varias veces los domingos.
En la posada no hay sitio.
Como en los tiempos en que la misa se celebraba en graneros y garajes, ahora se celebra en el Centro Saint-Paul, en un antiguo local comercial, cuando la cercana basílica de Notre-Dame-des-Victoires, en la plaza des Petits Pères, podía abrirle tan fácilmente sus puertas.
No había sitio para ellos en la posada.
En Notre-Dame, reconstruida a partir de sus ruinas, en el Sacré-Cœur de Montmartre, en Saint-Sulpice, en las grandes iglesias de París, no queda un pequeño lugar, ni siquiera una vez al mes, para las masas que han vivido en estos edificios y los han mantenido vivos durante tanto tiempo.
No había lugar para ellas en la posada.
Siempre y en todas partes, la desconfianza hacia la liturgia romana, el rechazo, las concesiones más restrictivas. Es como si los hombres de la Iglesia se avergonzaran de su venerable tradición litúrgica, o más bien le temieran, temerosos de que si crecía y se extendía pondría al descubierto el fracaso de su reforma destructiva.
PARIS, FRANCIA.
SÁBADO 28 DE DICIEMBRE DE 2024.
PaixLiturgique/MIL.