En el ordenamiento jurídico español no existe la «objeción de conciencia institucional» pero sí las entidades con ideario propio, y tanto los obispos católicos, como las congregaciones religiosas sanitarias como otros colectivos (no necesariamente católicos) van a enfrentarse a la eutanasia creando lo que el portavoz episcopal, Luis Argüello, ha llamado «espacios libres de eutanasia».
Hasta ahora, este concepto circulaba entre algunas asociaciones de la Asamblea por la Vida. Desde este jueves 24 de junio, en boca del obispo Argüello, pasa a ser una etiqueta diferenciadora que puede incluso colocarse a la entrada de residencias y hospitales: «espacio libre de eutanasia». Aquellos centros que no lo ostenten, serán sospechosos de, simplemente, aplicar la ley que permite eliminar enfermos y ancianos. Muchos no querrán ser ingresados en ellos.
«Lo que va a ocurrir es que se pone en marcha lo que han vivido otros países de Europa: la experiencia del plano inclinado«, ha declarado el portavoz de los obispos, en respuesta a preguntas de periodistas tras una reunión de la Comisión Permanente de obispos españoles. «En los primeros días en los medios quizá veremos muchas personas que dirán querer acogerse a este ‘derecho’. Es un derecho que deja perplejo, porque los mismos que lo solicitan piden su autoeliminación para ejercerlo. Muchas personas que se pueden sentir como una carga para su familia lo vivirán como una presión añadida. Pero no creo que haya una marea de peticiones para la eutanasia».
Rueda de prensa del jueves 24 de junio de 2021; el obispo Argüello, a partir del minuto 47:40 habla de la eutanasia y los «espacios libres de eutanasia»
El obispo ha recordado la vía de firmar unas voluntades anticipadas que expresamente se opongan a la eutanasia, algo que tanto los obispos como las asociaciones quieren impulsar mucho y que ya se promueve desde la web de algunos obispados y departamentos de salud de diócesis (aquí, por ejemplo, los formularios y folletos explicativos de la diócesis de Barcelona sobre las voluntades anticipadas).
«Igual que habrá voluntades anticipadas pidiendo la eutanasia en ciertas circunstancias, también habrá personas que en sus voluntades anticipadas piden una atención médica y espiritual para abordar los momentos finales de la vida, que hay que atreverse a mirar de frente. Ahí están los interrogantes sobre el sentido de la vida«, ha añadido.
Un movimiento fuerte por la vida y los buenos cuidados
«Desearía que a partir de este momento crezca en España un movimiento fuerte de promoción y defensa de la vida y los cuidados paliativos», ha proseguido el obispo.
Esta petición de un movimiento coincide con el anuncio de las entidades de la Asamblea por la Vida de impulsar después de verano una ILP (recogida de firmas legales como iniciativa legislativa popular) que proponga una Ley de Cuidados Paliativos eficaces y generalizados para toda España.
También coincide con la campaña #cuida2deprincipioafin, a favor de los buenos cuidados completos, incluyendo paliativos, reivindicación en redes que impulsa el Colegio de Médicos de Madrid, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), el Colegio Oficial de Enfermería (CODEM) y la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP). La campaña ya se anuncia en autobuses y en el metro de Madrid.
Luis Argüello habla de «espacios libres de eutanasia» y pide un poderoso movimiento a favor de los buenos cuidados
Argüello ha insistido: «Deseo que se respete la objeción de conciencia de los sanitarios. Y que se respete la decisión de entidades cuyo ideario anuncie en su entrada ‘esta es una zona donde se ponen por delante los cuidados y la dignidad de la persona, habéis de saber que esta es una zona libre de eutanasia’. Que se respete esta opción que ya han manifestado diversas organizaciones de la Iglesia que tienen hospitales y que tienen residencias de mayores. Que se respete que puedan decir: estamos en una zona libre de la muerte provocada. Provocar la muerte no puede ser una referencia social para solucionar los problemas o el sufrimiento».
En este vídeo, la asociación ANDOC anima a los sanitarios a organizarse para poder defender su objeción de conciencia, que en España está en un limbo legal peculiar
Queda por ver el encaje de estas «zonas libres» con la ley, que dice que la eutanasia puede aplicarse al solicitante en su residencia.
¿Y si el solicitante reside en un hogar de ancianos católico, o en un hospital católico? ¿Entrará el eutanasiador con su maletín letal, acompañado de policías que aparten a enfermeras católicas o religiosas de los Ancianos Desamparados?
Incluso la mera propaganda y adoctrinamiento en el nuevo «derecho» deberían bloquearse en este tipo de centros, mientras que la ley insiste mucho en que se difunda su oferta, con mucha publicidad, casi como si fueran viajes del Imserso a Benidorm.
Un manifiesto de las entidades sanitarias católicas
Precisamente el día antes, se difundía el Manifiesto «El más difícil vivir» (aquí en PDF en Confer.es), en el que entidades católicas, sanitarias y de cuidado a ancianos, anuncian que «acelerar la muerte, ya sea por acción o por omisión de tratamientos y cuidados debidos a cualquier persona al final de su vida o en situación de grave discapacidad, nos parece un daño irreparable que no estamos dispuestos a infligir a nadie».
Presentación del Manifiesto contra la eutanasia y por unos buenos cuidados de las entidades sanitarias católicas (Confer, Camilos, San Juan de Dios, Lares y Hospitales Católicos de Madrid)
Firman el Manifiesto entidades de gran calado:
– Federación Lares, con más de mil centros y servicios que atienden a unos 70.000 ancianos, con 33.000 profesionales y más de 9.000 voluntarios.
– La Orden de San Juan de Dios, con 75 centros, 15.000 profesionales y más de 3.000 voluntarios
– Hospitales Católicos de Madrid: 8 hospitales generales y sociosanitarios, con 1.800 camas, 2.000 empleados y 60 quirófanos
– Los religiosos camilos, con presencia en 4 provincias de España, expertos en acompañamiento al enfermo
– Y la Confer (Confederación de Religiosos de España), que coordina a los superiores de 48.000 religiosos y religiosas
José Carlos Bermejo, delegado general de los camilos – congregación que acompaña moribundos desde hace 400 años- animó a que más entidades se adhirieran y promuevan el manifiesto.
«Tememos una cultura del descarte»
“Tememos que la ley de la eutanasia desmotive a personas que necesitan cuidados para vivir dignamente y con sentido; que intereses espurios generen demanda de ayuda o ejecución de eutanasia; que disminuya el compromiso social por salir al paso de la soledad no deseada y de los cuidados dignos en la dependencia, así como prácticas indiscriminadas de sedación no correcta. En definitiva, tememos una cultura del descarte en torno al sufrimiento y el morir”, afirmó Bermejo.
En su manifiesto conjunto, las entidades católicas denuncian que «el respeto a la dignidad humana, exige no dañar la vida ni la integridad personal y, por el contrario, exige promover y cuidar la vida, actuando para aliviar el sufrimiento y para conseguir la aspiración de que cualquier vida humana se desarrolle plenamente, hasta donde sea posible, aunque las condiciones que se presenten lo hagan un logro difícil o complejo».
Añaden: «facilitar una acción suicida o una actuación homicida, aunque esta actuación sea solicitada y aceptada por el propio interesado, es un error».
Y ofrecen su ayuda en aquello que es éticamente correcto:
– «la humanización del cuidado de la vida de las personas sin pretender alargarla, cuando ya llega la inevitable hora de la muerte, y sin provocarla o acortarla irresponsablemente»,
– «acompañamiento integral, que ayude a vivir el propio proceso de morir intentando aliviar el sufrimiento desde todas las dimensiones del ser humano»,
– «aliviar y superar el sufrimiento y la desesperanza que podamos encontrar en las personas que atendemos, a fin de que encuentren la paz y la esperanza, para que hallen el alivio y un motivo para seguir adelante, aunque sea cuando el vivir se hace más difícil».
Vídeo con la presentación del Manifiesto de los religiosos sanitarios
En otoño, gran manifestación e ILP
El pasado martes 22 de junio se celebró un encuentro de delegados de las 140 organizaciones de la Asamblea por la Vida anunciaron que en otoño se realizarán actos en la calle contra la eutanasia, incluyendo, a ser posible, una gran manifestación. No hay manifestaciones masivas por temas de defensa de la vida en Madrid desde 2015, cuando se confirmó que el PP mantendría, con apenas un retoque menor, la ley socialista de aborto amplio de Rodríguez Zapatero.
El presidente del Foro Español de la Familia, Ignacio García Juliá, explicó además que era necesario organizarse bien para impulsar una recogida de firmas con fedatarios para presentar una Iniciativa Legislativa Popular que impulse una buena ley de Cuidados Paliativos. “Queremos en un futuro no muy lejano derogar la monstruosa ley de la eutanasia y sustituirla por una ley de cuidados paliativos que trate por igual a todos los enfermos”, explicó.
Los paliativistas calculan que cada año en España mueren 80.000 personas sin haber pasado por los cuidados paliativos de calidad que necesitaban.
El Presidente de la Federación Europea One of Us y ex ministro Jaime Mayor Oreja, declaró que “la defensa de la vida exige unión», frente a «una ofensiva cultural brutal».
Este vienes 25 de junio, España se convierte en el quinto país del mundo en el que la eutanasia (eliminar al enfermo por su petición) estará en vigor. La ley requiere una adaptación que es distinta en cada comunidad autónoma y protocolos también distintos. Las preguntas técnicas son innumerables. El doctor Martínez-Sellés, del Colegio de Médicos de Madrid, recordaba que los medicamentos se aprueban para ciertos fines y dosis, y no hay ninguno aprobado para matar enfermos. ¿Quién y cuándo dictaminará qué sustancia letal usar y con qué autoridad?
Años esperando ayudas, pero días para ser eutanasiado
En ‘Herrera en COPE’, Ángel Hernández Gil, presidente de la Comisión Deontológica del Consejo Andaluz del Colegio de Médicos, señalo el absurdo de que una persona con grave enfermedad necesite 3 o 4 años de lista de espera antes de lograr plaza en un lugar especializado, «y, sin embargo, si solicitas la eutanasia en 40 días, sin control judicial alguno, puedes conseguir que acaben con tu vida”.
Hernández Gil animó a los sanitarios favorables a la vida a no limitarse a objetar, sino a mantener accesibles al enfermo para ofrecer buenas alternativas. “Los médicos adoptamos un papel de garante de los derechos de los pacientes, tenemos que proteger los derechos de protección a la vida, protección a la salud de todos nuestros pacientes y tenemos que defender que cuando vayan elegir tengan todas las cartas para poder elegir, tienen que poder tener unos cuidados paliativos y tienen que poder tener unos recursos económicos, si es que tienen derecho a ellos», señaló.
Animó a los sanitarios a estar cerca de los pacientes para «minimizar daños y tratar de que la solicitud de una parte de los pacientes sea anecdótica. Quienes se dedican a los cuidados paliativo, como el profesor Gómez Sancho, siempre dicen que sus pacientes llegan solicitándole la eutanasia pero cuando les ofrecen buenos cuidados paliativos la rechazan».
P.J.Ginés/ReL.