Espero con toda sinceridad que este ejercicio cívico ciudadano de las elecciones que se llevarán a cabo este domingo 6 de junio a lo largo y ancho del territorio mexicano se dé en un ambiente de responsabilidad, de respeto y libertad, que garantice la paz.
Por ello la Unesco en 1999 acordó que “La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones; y animados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz”.
En el entendido que una persona o grupo pacífico es sereno, que no se deja afectar por las circunstancias desfavorables que pueda hallar en su camino y jamás reacciona con violencia. No se debe confundir que es frío ni insensible, al contrario, tiene sentimientos fuertes y adecuados que lo hacen sentirse como una persona o grupo independiente, libre, capaz de enfrentar las dificultades, y asume con responsabilidad, sin dejarse arrastrar o influenciar por las circunstancias, en este caso por el apasionamiento de las elecciones.
Son aquellos que nunca pierden el dominio de sí misma ni se sienten afligidos por los problemas. Sus principales recursos para tratar los conflictos con los demás son la reflexión, el diálogo y la búsqueda de acuerdos. La paz y la serenidad superan el temor y el nerviosismo; han sido los grandes objetivos de los sabios y las naciones.
Salvaguardar el derecho a la paz como derecho supremo y garante de la vida humana será consecuencia de la armonía, honestidad y libertad, en que se lleven las elecciones. Esto es necesario para que se logre un país con justicia social y libertades de todo orden. Evitemos conflictos que garanticen la estabilidad de una paz este 6 de junio, entre supuestos vencedores y vencidos.
La cultura de la paz se construye entre todos principalmente de dos formas, de las cuales su importancia recae en qué tipo de actor o en qué nivel de jerarquía se encuentra el actor que construye la cultura de paz, las dos grandes teorías son: desde arriba desde las grandes élites o desde abajo, es decir desde la base, desde las comunidades, los ciudadanos. Juntos podemos contribuir a la construcción de la paz.
Hoy la participación para esta tarea exige que sea cada vez aún mayor y vuelve a formar parte de la agenda política común a distintos actores, existen diferentes formas de participar en la construcción de una cultura de paz, hay formas convencionales como el respeto a la dignidad, los derechos de las personas, esto da respuesta a un comportamiento político responsable.
El concepto de participación ciudadana responsable puede ser definido como toda acción individual o colectiva que pretende provocar, producir de forma directa o indirecta algún tipo de resultado en los distintos niveles del sistema político.
Pero hay que estar conscientes que las personas no se movilizan por arte de magia para participar en esta reconstrucción de la paz por muy furiosos, abatidos, hostiles y frustrados que se sientan. Su motivación sólo se verá canalizada hacia fines colectivos por medio de funciones coordinadoras y dirigentes de una organización, ya sea de carácter formal o informal. Así sea estas interacciones habituales y estructuradas en una red de compañeros, éstas se pueden considerar medios para difundir la cultura de la paz de forma responsables.
Todos deseamos vivir en un ambiente armónico en donde no haya guerras ni luchas entre dos o más partes enfrentadas, en una sana convivencia social. No podemos esperar a que los demás generen la paz para poder nosotros empezar a generarla y buscarla. ¡Es tiempo de que juntos construyamos la paz! ¡Que estas elecciones se den en concordia, respeto y paz!
RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS.
