Saberes y sabores: la vida se debe desenvolver sin violencia

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Hacer un análisis sobre las actuales manifestaciones que se basan en la violencia
implica profundizar, a través de la historia, en el papel de la violencia. Esto me
conlleva a reflexionar: la violencia tiene matices muy variados, rincones y
escondrijos que se albergan en el corazón.


Hoy, principalmente en las comunidades políticas, se da con gran énfasis cierto
tipo de violencia: ofensas, dichos, diretes, represiones y malas palabras que rayan
en agresiones violentas.


La injusticia y los intereses de grupos que luchan por el poder se confrontan
violentamente; estimulan y atizan, desde la máxima tribuna, el ardor de la violencia
que sofoca en muchas sesiones en la sala del congreso. Ello supone un mal
ejemplo para todos los ciudadanos, ¿es así como se manifiesta la forma de
legislar, con groserías, ofensas, opresiones, apodos y hasta chascarrillos de mal
gusto? ¡son una política y legislación degradantes!


El ejercicio de la violencia no es solamente la agresión física, creo que lo simbólico
de la violencia opera como un instrumento de dominación, la cual propicia
sumisión y servilismo para lograr el sometimiento.


Se viola la justicia social con el fraude y demás trasgresiones, así como el
derecho, con trampas y estratagemas, acciones engañosas, para conseguir un
objetivo en la política y en las elecciones. También se viola la justicia social,
familiar, laboral y de cualquier ámbito, sobre todo, cuando decimos una cosa y
hacemos otra, alterando las promesas sin cumplir con un falso testimonio.


La violencia se percibe mediante su mayor afección: la destrucción de la vida
física y social. Sobre todo cuando va acompañada de explotación, opresión y la
devastación de los bienes injustamente.


Lamento que nuestro país se sumerja en esta atrocidad. ¿Cómo se puede
remediar el estado de injusticia del pueblo? Estoy convencido de que la vida se
debe desenvolver sin violencia, haciendo de lado las acciones violentas que
agreden a la humanidad. No se debe permitir que la cultura de la muerte se haga
presente cuando la violencia se manifieste. Es menester evitar forzar, presionar e
insistir con palabras o acciones para lograr intereses mezquinos, ello genera
violencia.


¿De qué sirven los cuchillos, los balazos y el látigo de la lengua?, ¡solo sirven para
vengar las agresiones!

La violencia no se debe relacionar con la fuerza, la venganza, la ira o el celo.
Respetemos las normas, por ello, yo condeno todo acto de injusticia y violencia en
contra de familiares, vecinos, ciudadanos o autoridades, es decir, cualquier ser
humano revestido de dignidad, por el solo hecho de serlo.


Hay que restaurar los verdaderos valores de la familia en el plano de las
estructuras sociales libres de violencia. No se puede vivir en un ambiente lleno de
violencia, es necesario restablecer la justicia lesionada por medio del perdón, la
reconciliación y la paz.


¡Ya basta de tantas agresiones verbales en el congreso! Resistirse a seguir su
ejemplo resulta inconveniente. Pongámonos a trabajar por el pueblo, sin violencia
y con el ejemplo de civilidad.

POR RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS.

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