Los descubrimientos científicos y tecnológicos en el campo automotriz han crecido
tanto que dan la impresión de que el ser surgió de la nada y que de la casualidad
nació la inteligencia. Sin Dios el hombre no sabe a dónde ir ni logra entender quién
es. La ciencia y la técnica no tienen las respuestas para resolver las grandes
interrogantes de la vida humana, sin embargo, las empresas y consorcios generan
una serie de oportunidades, como Tesla.
Se ha confirmado que Tesla instalará una planta en México, en Nuevo León, con
una inversión de 4.500 millones de dólares, generando hasta un millón de autos
eléctricos al año en su operación. La megaplanta que construirá Elon Musk en el
municipio de Santa Catarina se sumará a los dos centros de producción del
multimillonario en el extranjero, en Shanghái y en Berlín.
Al reflexionar, me parece que esta llegada de la inversión extranjera a México es
como una victoria al libre mercado para reconocer que las energías limpias son lo
de hoy, con los autos eléctricos como una tecnología futurista que empujará a las
demás empresas automotrices a ponerse al día, acelerando la trasmisión del
mundo hacia las energías sustentables.
El futuro de la industria automovilística es una realidad para México, los autos
eléctricos son el hoy y seguro el mañana; sus precios se encuentran por las
nubes, pero la tendencia es ponerlos al alcance. Sin duda, esta oportunidad traerá
beneficios en diferentes rubros; me pregunto en dónde quedarán los autos de
combustión interna movidos por gasolina y qué pasará con la gran inversión de la
planta de dos bocas de nuestro país, si las tendencias de los autos eléctricos se
basan en energía limpia.
En efecto, no dejo de reflexionar en que se requiere litio para la batería de este
auto, el cual se encuentra en el territorio mexicano, específicamente en los
Estados del norte, en donde será instalada Tesla. Esto me indica que, muy
probablemente, será explotado. Tesla no da paso sin huarache.
Estamos pasando de las energías no renovables a las energías renovables, las
primeras como el petróleo, el carbón, el gas natural o la energía nuclear; la opción
viable son las energías renovables como la solar, la eólica, hidráulica, geotérmica
entre otras, como la energía del mar. Las energías renovables representan el 60%
de la energía mundial.
Por consiguiente, consciente de esta atracción y de la técnica, se debe tener
presente que el desarrollo será imposible sin hombres rectos, con una conciencia
hacia el bien común.
Estoy consciente de que la ciencia se ha desarrollado desde siglos atrás y cada
vez con más auge, esta se encuentra al servicio del hombre, no el hombre al
servicio de ella, porque si no fuera así, los diferentes campos de la ciencia no
servirían para el progreso del hombre, ni de las sociedades, porque llegarían a la
emancipación, es decir, a la esclavitud, principalmente de los científicos y, por
ende, de los hombres que hacemos uso de ella. Esto lo podemos percatar cuando,
en las grandes empresas, las jornadas de trabajo son largas y los turnos
abrumantes. Lo importante es “producir”. ¡Cuidado, empresarios! porque serían el
yugo de sus trabajadores.
Por RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS.