Saberes y Sabores.- Democracia vs Demagogia.

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En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. Democracia es una palabra antigua cuyo significado etimológico conocido por todos es “poder del pueblo”.

En cambio, la demagogia se reduce a la capacidad de adivinar los gustos y los deseos de las masas: lo único que enseñan es precisamente las opiniones de la masa misma, “se dice lo que el pueblo quiere escuchar”.

La democracia política “es un instrumento que todos los políticos tocan, pero al no saber tocar o tocar desafinadamente ahuyentan a muchos espectadores del concierto pagano; a esas personas que pagan, generalmente por comprar el voto, y terminan abandonando la sala por no entender la comedia musical».

Esto está sucediendo hoy a unos días de cerrar las campañas de los candidatos, partidos políticos, coaliciones que contienden para estas próximas elecciones. La democracia política también se puede comparar a una “lonja” financiera (banco de buena vida), en la que todos los políticos especuladores compiten por conseguir votos, subvenciones y buenos salarios públicos.

Por ejemplo, existen, candidatos, que presentan una lista de propuestas y planes que pretenden desarrollar a futuro en función del bienestar común; sin embargo, se convierten en promesas vacías porque no se llevan a cabo.

Como se puede apreciar, el demagogo emplea argumentos bien definidos que, aunque partan de promesas falsas, buscan manipular los sentimientos de las personas para utilizarlas en beneficio propio y llegar al poder.

Una vez alcanzado el objetivo, el demagogo en vez de continuar con un proceso democrático, instaura un régimen autoritario bajo el cual sigue manipulando la opinión de los ciudadanos aplicando diversas estrategias de la demagogia.

Los demagogos son aquellos que quieren pensar por el pueblo, pero no dejan pensar al pueblo, los demagogos son aquellos que quieren actuar por el pueblo, pero no dejan actuar al pueblo y convierten la palabra pueblo en una expresión vacía, son ellos, piensan por los pobres, pero no dejan pensar a los pobres, con ideologías oportunistas y manipuladoras se quieren convertir en la voz única, se consideran los únicos que pueden hacer el bien.

En la democracia todos tenemos que tener espacios, y hay que aprender el ejercicio de saber escuchar al pueblo más allá de sus representados que muchas veces no es la voz del pueblo, sino que obedecen a intereses personales.

Hay que desenmascarar la realidad, estoy analizando el contexto actual que se está viviendo en México, los gobernantes que han recibido la confianza ciudadana en una elección deben también pasar por la revisión de los ciudadanos. ¿Qué es lo que vemos hoy? En un gobierno que lleva ya un compromiso amplio y que se ha mostrado en sus distintas acciones y pensamientos, es decir como se ha conducido frente a nosotros los ciudadanos, es ahí donde debemos decir seguimos por ese camino o no seguimos por ese camino.

Un gobierno que prometió mucho creando expectativas desproporcionadas, es fácil prometer, y la realidad es distinta, un gobierno que habla mucho, y no escucha nada, no sabe escuchar, no quiere escuchar, un gobierno que no sabe escuchar, porque reacciona con una reprimenda, un gobierno lleno de resentimientos que se convierten en odio y venganza para quienes no lo segundan, un gobierno que culpa al pasado de todos los males y se siente víctima de todo, sin tomar la responsabilidad que le toca hoy, para solucionar los problemas. ¡La realidad de México la conocemos todos!

Por ello te invito a que reflexiones por quien o quienes vas a votar este 6 de junio, recordando que, a mi juicio, la democracia es el camino para que existan decisiones colectivas, un equilibro que le dé al gobierno.

 

RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS.

 

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