Saberes y sabores: cuestiones del corazón

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En la actualidad, han surgido nuevos campos de crecimiento personal, además de
muchas otras opciones que llaman la atención, por ello, quiero expresarme al
respecto con la simplicidad de mis palabras, las cuales inciden en mi reflexión.


Esta afirmación pone de manifiesto el deseo del hombre por un cambio par
mejorar. El auténtico cambio se fragua y se forja en el corazón de cada persona,
así como el oro en el crisol, pues es ahí donde se da la transmutación, la
conversión o la transformación interior.


El corazón se adhiere a los principios y a las creencias más elementales, así es
capaz de descubrir y de encontrar respuestas para vivir en congruencia con tales
valores. Deberíamos de entrar en el corazón para ver qué estamos perdiendo, a
qué nos estamos resistiendo y a qué nos estamos adhiriendo.


Cuando elegimos un cambio del corazón, hay que velar por sus movimientos, los
cuales se dan en el interior, ya que es importante combatir los vicios, mortificar las
pasiones, cerrar los oídos a las palabras halagadoras, a las burlas hirientes, a las
propuestas seductoras, a las críticas sin sentido y a toda palabra que pueda
causar enfriamiento en tu alma. Esto representa una forma de defender el proceso
de crecimiento, encaminado hacia una profunda conversión.


Es posible soportar lo que aflige a nuestra naturaleza, como puede ser el frío, el
calor, algún mal olor, o la aspereza al tacto, y no se diga sobre aquello de
mortificar los pensamientos, sin darle rienda suelta a estos, porque lo atractivo de
la imaginación es que cuando no se tiene control de ella, nos apartamos de la
realidad.


Hoy, el “mundo” nos propone placer y bienestar al menor esfuerzo y sin
compromiso alguno; por todo ello, hay que examinar a fondo los deseos y
pasiones. ¡Se puede decir que la conversión entraña un cambio de
comportamiento


A Dios no se le puede engañar como se engaña a los hombres, el hombre mira las
apariencias, pero Dios mira el corazón. Él sabe cuándo el corazón está lejos de él,
así, el hombre en cuestión se ve en lo más profundo de su ser. ¡Alertas!, porque
del corazón provienen las maldades; se perdona con el corazón y se adhiere uno
a otra persona con el corazón.


Dios llama a los hombres a entrar en comunión con Él, la respuesta a este llamado
es el punto de partida para iniciar el cambio trasformador, sin embargo, no
siempre se fija el corazón a Dios, por consiguiente, en quienes responden a esta llamada se va notando un cambio de conducta, una orientación de todo el
comportamiento que llega a todas las dimensiones de la existencia humana.


La distracción, la cerrazón y el endurecimiento del corazón son aspectos más
trabajosos por ceder, esto los clava en la incredulidad y solo algunos responden.
Espero que tú también lo hagas. En realidad, en un gran afán por trascender; irás
a todo hombre como tú lo has experimentado, ¡tal adhesión a Cristo es la cosa
más difícil de obtener!


La conversión es un proceso, no un acontecimiento, esta llega como resultado de
abrir el corazón y aceptar a Cristo, seguido del arrepentimiento de nuestros
errores. Es necesario acoger la fe y perseverar hasta el final.

Por RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS.

SÁBADO 11 DE FEBRERO DE 2023.

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