El alcance del cisma de las congregaciones del hemisferio sur afiliadas hasta ahora a la Iglesia de Inglaterra se amplía, en polémica con ciertos pasos recientes de Londres considerados demasiado liberales y afines a las sensibilidades seculares de Occidente en temas como como moralidad sexual o indicios de debate sobre el ‘género de Dios’.
Los prelados titulares de 25 provincias eclesiásticas repartidas por África, Asia y América Latina reunidos en la Global South Fellowship of Anglican Churches (GSFA) han formalizado hoy la ruptura (desde posiciones más conservadoras) de la comunión con Justin Welby, arzobispo de Canterbury: primado de la confesión anglicana, que sólo en el Reino Unido todavía prevé un papel como jefe nominal para el soberano británico del momento.
Los arzobispos disidentes aseguran representar el 75% de los fieles anglicanos registrados actualmente fuera de Europa (particularmente en países que fueron colonias del extinto Imperio Británico): parte de una comunidad que en total incluye unos 85 millones de seguidores, estimaciones a día de hoy en la mano; y que por tanto representa la tercera Iglesia cristiana más grande del mundo.
En la nota de prensa explican que ya no reconocen a Welby como un punto de referencia «de nuestra comunión», denunciando la reciente decisión del sínodo de la Iglesia de Inglaterra de permitir la bendición de las parejas LGBT (aunque sin ceder ante los más ala progresista sobre la petición de libre tout court de la celebración eclesiástica de los matrimonios homosexuales) como algo «que la descalifica» y anula su autoridad como «Iglesia madre».
JUSTIN WELBY DIRIGE LA IGLESIA ARZOBISPAL DE INGLATERRA
Crítica contraria a la de los jefes de las Iglesias anglicanas de Escocia y E.U., que viceversa, ya autorizan desde hace tiempo los matrimonios entre personas del mismo sexo, saltándose la doctrina tradicional del matrimonio cristiano como unión «exclusiva» entre un hombre y una mujer. . Acelerar la elección de ruptura del Gsfa – elección acogida con dolor por Welby, aunque con reacciones moderadas, en el contexto de una situación de laceraciones ya desencadenada en el pasado por la apertura a la ordenación de mujeres sacerdotes y luego obispos – también podría haber sido el atisbo de debate filtrado a principios de año en los diarios de todo el Canal de la Mancha sobre la hipótesis de dar un nombre neutro a Dios, hasta ahora identificado por la tradición en la figura del Padre.
Hipótesis planteada en clave ‘antisexista’ por algunos prelados ingleses más radicales, y que el séquito de Welby se apresuró a reducir. Precisando cómo desde hace tiempo la teología cristiana atribuye a Dios las características tanto de padre como de madre, pero cómo en todo caso esto no significa por ahora cambio alguno en las oraciones tradicionales, a falta de intuiciones y decisiones unánimes: empezando por el Padre Nuestro .
