El llamado para que los ciudadanos se mantengan en casa durante las celebraciones de Día de Muertos o de los Fieles Difuntos y no acudan a cementerios y panteones no sólo ha provenido de las autoridades civiles o de la iniciativa privada, sino desde la propia Iglesia Católica de México.
La pandemia de Covid-19 y la determinación de evitar aglomeraciones obligó a las autoridades de la Ciudad de México y de las 16 Alcaldías a ordenar el cierre de los camposantos durante el 1 y 2 de noviembre, los días más intensos de la celebración en los cinco panteones civiles de la ciudad, así como los 14 privados y los dos históricos de San Fernando y el Cerro del Tepeyac.
«Es un año distinto en el sentido de que la pandemia está imposibilitando ir como hemos ido por lo regular a los cementerios para visitar a nuestros seres queridos que se nos adelantaron ante todo, pero es una puerta muy importante que el mismo Papa Francisco ha abierto o nos ha concedido», señaló el padre Miguel Guerra.
El Papa concede indulgencias plenarias
Se refiere a que el pasado 22 de octubre, la Penitenciaría Apostólica, un cuerpo jurisdiccional de El Vaticano, emitió un decreto para extender a todo noviembre la concesión de «indulgencias plenarias», una especie de prórroga para que los fieles puedan obtener los favores de la Iglesia de diversas formas, entre ellas, al pedir por los muertos.
«Ahí el Papa Francisco extiende muchísimo el tiempo para que nosotros podamos ir incluso después o si no se puede, ahí mismo dice que si no se pueden visitar los panteones, al menos (podemos) unirnos a los fieles que en algún lugar del mundo sí lo están haciendo, y ya con esa intención nosotros mismos podemos ganar indulgencias para nuestros seres queridos«, refirió el clérigo.
Con información de Sipse.com
