Retira de la Catedral la imagen de San Josemaría Escrivá, el arzobispo de Lima

ACN
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La pintura de tres metros de alto y gran valor histórico ha sido retirada sin mayor explicación de la Basílica Catedral Metropolitana de Lima.

 

Con un gran desconcierto han quedado muchos fieles limeños al ver que el cuadro de San Josemaría Escrivá de Balaguer ha sido retirado de su lugar en la Basílica Catedral Metropolitana de Lima. El lienzo de tres metros de alto, además de poseer un valor artístico exquisito, expresa un particular acontecimiento histórico para la Catedral de Lima: la visita que San Josemaría Escrivá de Balaguer realizó el 14 de julio de 1974. La pintura fue obsequiada por el Vicario Regional del Opus Dei en el Perú con motivo del 30 aniversario de dicha visita.

Sobre aquel día se recuerda que nada más llegar a la Catedral, San Josemaría se dirigió a la capilla del Santísimo y se recogió un rato en oración. A los lados del Sagrario había una imagen de la Virgen y otra de San José. El beato Álvaro del Portillo le comentó en voz baja:

– El Señor aquí está muy bien acompañado.

San Josemaría asintió y dijo:

– Está la Trinidad de la tierra.

Un texto recordatorio dentro de la pintura reza así:

«En esta capilla, el domingo 14 de julio de 1974 San Josemaría Escrivá de Balaguer oró ante el Santísimo Sacramento, acompañado por Mons. Álvaro del Portillo y Mons. Javier Echevarría. A través de la mediación de Nuestra Señora de la Evangelización elevamos a la Trinidad Beatísima nuestra ferviente acción de gracias por los innumerables beneficios recibidos.»

La capilla en mención, hasta hace unos días, podía verse aún con el cuadro del santo tal como se puede ver en el siguiente video.

Al llegar su fiesta, establecida por la Iglesia universal el 26 de junio, los fieles encontraron la pared sin dicha imagen, sustituida sin mayor aviso y aún con los clavos que antes la sostenían. Tal como lo podemos ver en la siguiente imagen.

Una sospecha muy personal

No soy tan afín al Opus Dei como podría más de uno sugerir a partir de prejuicios e ideas prestablecidas o incluso a partir de aquella intención perversa que busca usar dicha institución como forma de desprestigio frente a una masa desinformada y, muchas veces, ideologizada. De hecho en más de una ocasión he discrepado con uno que otro sacerdote por contradecir principios fundamentales de la doctrina social y política de la Iglesia respecto a la relación entre el poder temporal y el poder espiritual, y es que, sobre todo los más jóvenes, gustan de abrazar cierto liberalismo de vieja estofa, sabrá Dios por qué. No obstante, San Josemaría Escrivá de Balaguer es uno de aquellos santos a los que siempre he guardado simpatía y admiración, pero soy tan del Opus Dei como jesuita por admirar a San Ignacio de Loyola o por tener como santo favorito a San Francisco Xavier. Dicho esto, en aras de que se note mi total imparcialidad respecto a los grupos católicos, me centraré en las ideas y tendencias de fondo.

Para nadie es desconocido cómo la progresía se ha encargado de pintar al Opus Dei como la institución más «ultra conservadora» de la Iglesia (por usar sus propios términos), apelando a algunos estigmas como la intolerancia, el oscurantismo, el afán de poder, entre otras perlas, únicamente por ostentar un poco de ortodoxia frente a la perversa heterodoxia que impera desde universidades como la PUCP hasta los puestos más altos de poder. Y digo «un poco» puesto que, como dije, se me hace bastante común encontrar hoy por hoy a sacerdotes del Opus Dei que ostentan ese liberalismo de vieja estofa que suele pasar desapercibido entre tanta confusión doctrinal a partir del llamado estado laico. Temas de los que, con mucho gusto, hablaré en otro momento, por ahora solo me centraré en esta imagen artificial que gira en torno a la obra de San Josemaría.

el arzobispo progresista.

 

Para nadie tampoco es desconocido que el arzobispo de Lima es un abanico de heterodoxias vinculadas a la teología de la liberación, al feminismo de género, al ecologismo, a los abusos litúrgicos, a la tergiversación de la historia en clave marxista, entre otras muchas cosas más que en su momento una gran cantidad de fieles hemos denunciado en diversas ocasiones, incluso con un centenar de personas frente a la Nunciatura. Manifestaciones todas muy reverentes y muy ignoradas también a pesar de haberse realizado según manda el derecho. En este sentido no es de extrañar esta última movida dentro de la Catedral de Lima. Si apenas tomó el poder como arzobispo de Lima lo primero que hizo fue retirar los reclinatorios, cuyo fin no es otro que otorgar la debida reverencia al Santísimo Sacramento por los comulgantes, y desmantelar todo decoro litúrgico que ya caracterizaba a la Iglesia Primada del Perú, era cuestión de tiempo retirara aquella imagen que, muy probablemente, le recuerde aquel periodo en el que se enseñaron doctrinas diametralmente distintas a las suyas, doctrinas católicas que ahora contradicen tan impunemente aquellos miembros del movimiento Por un Mundo Mejor a los que el padre y pastor de Lima ha encargado la formación de los laicos de su jurisdicción ya que, según sus propias palabras expuestas frente a su clero, «los sacerdotes de Lima no están bien formados». De esta manera se conforman los llamados EPAP (Equipo Pastoral de Animación Parroquial), vamos, lo que antes se conocía como Consejo parroquial, sin embargo, este jamás impuso a los párrocos la perspectiva heterodoxa de aquel. Y esto de que son un movimiento adherente de la perversa teología de la liberación no es una acusación gratuita, es que ellos mismos lo sostienen de manera textual (CLIC AQUÍ).

 

Además, yo mismo los he escuchado en sus reuniones vía Zoom, al tratar la cuestión de la sinodalidad con las parroquias, cómo proponen violentar directamente la liturgia contradiciendo lo que manda la Iglesia Universal en sus libros litúrgicos. Incluso frente a laicos y sacerdotes que exponían su descontento bien fundamentado por dicho ataque, estos insisten argumentando que la liturgia debe adaptarse a los tiempos modernos ¿De dónde sacan tal barbaridad? del Magisterio de la Iglesia definitivamente no; lamentablemente esto es lo que promueve el arzobispo de Lima y nadie se anima a denunciarlo. Pero como yo no estoy adherido ni al Opus Dei, ni al Sodalicio de Vida Cristiana, ni a ningún movimiento sujeto a la jerarquía eclesiástica, ni siquiera a una parroquia específica, (respondiendo a lo que ha venido preguntando más de un obispo desde aquella manifestación frente a la Nunciatura) me veo no solo con la libertad sino también con la obligación de señalarlo, no para escarnio de nadie sino para dejar clara cuál es la realidad por la cual hemos de rezar los seglares

 

¿Cómo podríamos pedir por nuestros pastores si nos hacemos de la vista gorda frente a este tipo de atropellos? por otro lado ¿Está esperando el arzobispo de Lima que se le rebelen sus propios sacerdotes con tanta hostigación? ¿No es suficiente con aquellos que hasta han dejado el ministerio por culpa de esta actitud? Gracias a Dios han quedado laicos y sacerdotes en diferentes parroquias de Lima con la suficiente formación como para hacer frente al tsunami de heterodoxias que les han sobrevenido desde que Mons. Carlos Castillo Mattasoglio es arzobispo de Lima.

Esperemos que se pronuncie el arzobispado de Lima diciendo que han llevado el cuadro de San Josemaría para darle mantenimiento o algo por el estilo y que no lo han sacado simplemente por una actitud de rechazo hacia todo lo que tenga apariencia de ortodoxia católica. Al parecer el cuadro está envuelto en papel kraft frente a la Capilla Santa Apolonia, Dios no quiera que termine tirada por allí esta obra de arte.

 

Samuel Soldevilla Burga

Por Samuel Soldevilla Burga.
LIMA, Perú.
inquisitivo.
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