Restaurar el Orden Social cristiano mediante las ‘Gracias’ recibidas en la Misa, esperanza de los jóvenes tradicionalistas

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Con la duplicación del número de participantes a más de 1.000, finaliza la tradicional peregrinación a pie de tres días en España al Santuario de Nuestra Señora de Covadonga (Asturias).

Delante de los peregrinos, cuya edad media se dio como «mediados de los veinte», había una ruta de peregrinación de 95 kilómetros en tres etapas. Comenzó en Oviedo y condujo al Santuario de Nuestra Señora en Covadonga con paradas en El Remedio y Sevares.

En particular, los peregrinos que participaban por primera vez podían sentir claramente la dureza de la contrapartida española de la famosa romería de Chartres, ya que el camino a Covadonga es mucho más difícil por lo accidentado del paisaje.

El arzobispo se despidió de los romeros en la Catedral de Oviedo en su peregrinación. Procedían de toda España, pero también de Portugal, Francia y Estados Unidos. Los jóvenes participantes asombraron a los transeúntes en las calles de los pueblos y comunidades. Los mayores entre ellos podrían haber pensado en las palabras de la oración en las escaleras, que ellos mismos una vez aprendieron y rezaron: “ Introibo ad altare Dei. Ad Deum, qui laetificat juventutem meam  – Subiré al altar de Dios. A Dios, que me alegra desde mi juventud” (Salmo 42).

Uno de los objetivos de la tradicional Romería, que finalizó el domingo, fue la santificación de las almas a través de las gracias pedidas a Dios y por intercesión de la Santísima Virgen María.

Los peregrinos también querían restaurar un espíritu verdaderamente cristiano que ha dado a la Iglesia y al mundo tantos santos y defensores de la fe. Los peregrinos querían empezar por ellos mismos, a través de un testimonio cristiano personal en la familia y en todos los ámbitos de la sociedad: Cristo debe ser el primero.

Para tal empresa, los peregrinos de tradición confiaron en el Santo Sacrificio de la Misa como base de la vida cristiana. Para ella es “una parte importante de nuestro apostolado promover y estimular la devoción al Sacrificio de la Misa”. Abogan porque el orden social cristiano pueda ser restaurado a través de las gracias recibidas en la Santa Misa.

Virgen de Covadonga
Foto: Cardoso / Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

La tradicional Santa Misa, también conocida como «Misa Tridentina», se celebró todos los días en todo su esplendor y solemnidad. Desde el Motuproprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI. en 2007 también se la conoce como la «Forma extraordinaria del rito romano». El Papa, que mientras tanto se ha jubilado, volvió a hacer ampliamente accesible esta Misa y la recomendó. Otro objetivo para los peregrinos era dar a conocer y popularizar la Santa Misa tradicional, a pesar de las restricciones masivas impuestas por el Papa Francisco.

En su homilía, durante una de las Santas Misas de la peregrinación, un sacerdote exhortó a los peregrinos, en el espíritu de la gran española Santa Teresa de Jesús (de Ávila), a no permanecer en el esfuerzo físico, sino a «entregarse a una intensa vida de oración en manos de María Santísima» al plano sobrenatural- con una «actitud teresiana de absoluta disponibilidad a la voluntad divina».

Citó dos estrofas de St. Teresa de Jesús de su oración: «Vuestra soy, para Vos naci – Soy tuya, nací para ti».

Soy tuyo, nacido para ti.
que tienes de mi
Altísima Majestad, tú,
sabiduría, tú, para siempre,
bondad, bien a mi alma,
Dios, un solo ser, alteza, bondad,
mira qué grande la
bajeza que hoy te canta por amor:
¿Qué tienes tú sobre mí?

Soy tuyo, me creaste,
tuyo, me redimiste,
tuyo, me engendraste,
tuyo, me llamaste,
tuyo, me esperaste,
tuyo, nunca se perdió:
¿Qué tienes sobre mí?

Por Hans Jakob Bürger.

CNADeitsch.

27 de julio de 2022.

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