El vocero presidencial, Jorge Richter, reprochó este sábado el rol que asumió la Conferencia Episcopal de Bolivia en relación a los casos de pederastia en los que están involucrados curas y jesuitas, asumiendo, dijo, un silencio indolente con el dolor de las víctimas de abuso sexual.
“Esta indolencia mostrada por parte de las autoridades de la cúpula religiosa, esta indiferencia ante el dolor de las víctimas, es la que tiene terminar. No alcanza con el hecho de expresar algunas palabras en los momentos que esto se conoce públicamente”, indicó el vocero en entrevista con el programa Taypi.
En los últimos días se conoció que el sacerdote Alejandro Mestre Descals, quien llegó al más alto rango en la Iglesia Católica en el país, fue acusado de pederastia.
El misionero español llegó al país y durante seis años fue el gran colaborador del cardenal José Clemente Maurer
El religioso, que falleció en La Paz en 1988, cuenta con denuncias por abuso sexual en su contra.
Los casos de pederastia tomaron relevancia social tras que, el 30 de abril, se develó públicamente el caso del jesuita Alfonso Pedrajas, quien abusó sexualmente de 85 menores, la mayoría estudiantes del colegio Juan XXII, en Cochabamba.
Después de este escándalo internacional, surgieron más denuncias en contra de otros religiosos, hecho que ahora sacude a la Iglesia Católica.
Estas acusaciones causaron indignación en la sociedad civil y autoridades que ahora cuestionan cómo la Iglesia manejó estos casos de manera interna y reservada, pese al dolor de las víctimas, no hicieron nada por ellas.
“El día de ayer se conoció que el misionero Alejandro Mestre, que llega a Bolivia procedente de España, fue primero obispo de La Paz y fue secretario de la Conferencia Episcopal de Bolivia y estos hechos son los que verdaderamente preocupan, por qué, porque la Conferencia Episcopal no ha querido realizar valoraciones sobre el actuar de estos religiosos”, señaló Richter.
Remarcó que el silencio de la cúpula eclesiástica “asusta porque es un silencio indolente, es una indiferencia con el dolor de las víctimas, víctimas que, siendo niños en aquel tiempo, siendo adolescentes, hoy son personas grandes, pero que arrastran el trauma y la violentación de su dignidad cometida por autoridades religiosas”.
Según el diario del jesuita Pedrajas, él confesó a los religiosos los abusos que ejercía sobre los menores y ellos establecieron formas de “protección a través de su silencio”.
Richter ahora espera que los religiosos colaboren con la justicia para que avancen las investigaciones y las víctimas puedan encontrar justicia.
LA PAZ, BOLIVIA.
GMM/Mac.
ABI/AGENCIABOLIVIANADEINFORMACIÓN.