- HABIENDO AMADO A LOS SUYOS, QUE ESTABAN EN EL MUNDO, LOS AMÓ HASTA EL EXTREMO
Dios es amor y el amor consiste en que Él nos amó primero y «nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados» (Cf. 1ª Jn 4, 8.10). Dios nos regala su gracia y su paz, a través de Jesucristo: «En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él.» 1ª Jn 4,9. El amor le hace entregarse a nosotros, es un amor que renuncia a sí mismo para darse a los demás, es como el grano de trigo sembrado en la tierra, que muere para dar fruto (Jn 12,24). El mismo afirma que: «Nadie tiene amor más grande por sus amigos, que quien da la vida por ellos»Jn 15,13. El amor genera vida.
- EL SACERDOCIO ES EL MINISTERIO PASTORAL DE CRISTO
Jesucristo pasó toda su vida haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo (Cf. Hech 10,38). Su ministerio pastoral se centró en: anunciar el Reino, llamar a la conversión, perdonar los pecados y liberar del mal. Además, curó a muchos enfermos, dio libertad a los cautivos y anuncio el año de gracia del Señor (Lc 4,18-). Oró por sus apóstoles (Jn 17,9-26) e intercedió por ellos. Celebró la Última cena (Mt 26,26-30; Lc 22,15-20; 1ª Cor 11,23-25), y ofreció su vida como expiación de nuestros pecados (1ª Jn 2,2 y CATIC # 601 y 606). Es el sumo sacerdote que intercede por nosotros (Heb 4,14-15).
- LA EUCARISTÍA, CENTRO Y CULMEN DE LA VIDA CRISTIANA
Jesucristo, con la Celebración de la Última Cena, instituyó el sacramento de la Eucaristía o fracción del pan; mediante el cual, él se ofrece como víctima de propiciación por nuestros pecados (1ª Jn 4,10 y Rom 3,25). La Iglesia nace y vive de la Eucaristía y a ella se ordena (EE # 01) La Eucaristía es «fuente y culmen de toda la vida cristiana» (LG 11). «Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua» (PO 5). (Cf. CATIC # 1324)
- EL SERVICIO ES LA MISIÓN DEL CRISTIANO
Cristo llama a sus apóstoles para que estén con Él, para que compartan su vida y después los envía a predicar. La misión de la Iglesia es la misma de Cristo: “Ir y evangelizar a todas las naciones” Mt 28. Jesucristo nos llama a servir a ejemplo de él: “Yo no vine al mundo a ser servido, sino a servir y dar la vida por los demás” (Mt 20,27-28) El gesto del lavatorio de pies de Jesús a sus discípulos es un signo sensible que muestra una enseñanza sobre el servicio y sobre el valor de la dignidad del ser humano y la igualdad de las personas. Por tanto, más que imitar el gesto, este signo comporta una responsabilidad por el otro, es una respuesta humanizante a la actitud de autoridad y propiedad sobre el otro, significa reconocer la dignidad del otro en cualquier condición social que se encuentre, superar la indiferencia y la desigualdad humana.