Sergio Miguel Gómez Dorantes, es médico oncólogo pediatra, presta sus servicios en el Hospital Pediátrico de la ciudad de Veracruz, en una cruda grabación (aquí) sostuvo que ya se suman seis meses de solicitar quimioterapias y lo único que han recibido son “oídos sordos»
En un primer video que difundió recientemente en su cuenta personal de Facebook, mostró dos credenciales que lo acreditan como dicha autoridad médica, refiere que “le fascina su trabajo” porque supone que se pueden hacer muchas cosas por los niños con cáncer; sin embargo, habló de que han tenido “amargas experiencias”.
Narró que le “dolió mucho” la pérdida de un menor una noche ante por falta de medicamentos. Visiblemente cansado, al mostrarse despeinado, con ojeras y desvelado por grabar su testimonio a las 5:30 de la mañana, tras una noche de insomnio, lanzó una pregunta a los que llamó “grandes directivos de la salud en México”: ¿Cómo voy a manejar a los niños con cáncer?
Dicha interrogante la planteó con un dejo de impotencia ante los cierres intempestivos de clínicas de especialidades en Poza Rica, Río Blanco, Coatzacoalcos, mientras, -subrayó-, el Centro Estatal de cancerología, “tiene una lista de espera de 30 pacientes y nosotros también los seguimos recibiendo y haciendo diagnósticos, -entrecomilló-”.
“A las autoridades locales, federales, estatales, han de saber que hay un estudio que se llama inmunofenotipo (…), tengo más de 5 meses sin recibir uno de esos estudios; ¡No tengo inmunohistoquímica, los papás y yo los estamos pagando”!
Sostuvo que “lo más grave de todo esto es que tengo 15 niños con leucemia de reciente diagnóstico, a todos se les ha hecho lo que se les ha tenido que hacer, pero no hay Vincristina; no hay L-Asparaginasa; ambas ‘piedras base y fundamental del tratamiento del niño con leucemia’; no hay Doxorrubicina; tampoco hay Cardioxane, y ni siquiera hay medicamentos para el vómito”.
Lo que gasta un padre de familia veracruzano en medicamentos contra el cáncer
Agencia Católica de Noticias (ACN) investigó los precios por Internet de los precios de los medicamentos que requieren los menores con cáncer y concluyó en que todos alcanzan cifras estratosféricas:
Vincristina, desde $900.00 pesos, tratamiento para dos semanas; L-Asparaginasa, frasco de 10 ml., alcanza un precio de $671.00 pesos; Doxorrubicina, solución inyectable de 50 ml., $368.00 pesos; Cardioxane, inyectable, una pieza, $5,119.50.
Insistió en que recibirá a todos los pacientes con cáncer y que hará su mejor esfuerzo para darles el tratamiento.
A punto del llanto, refirió que para lograrlo: “¡Buscaré segunda línea, buscaré tercera línea, buscaré todo lo que está en mi arsenal para darle tratamiento! De las muertes de los niños con cáncer de mi hospital no me hago responsable, estaré allí con ellos, sostendré la mano los niños, les daré aliento a los papás”.
Sin mencionar el nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo aludió al inferir lo siguiente:
“Yo no les voy a decir, -a los padres a los que se les ha muerto su hijo por falta de medicamentos-, quién es el culpable (…). ¡Si saben hacer su trabajo háganlo, -refiriéndose a López Obrador y su gabinete de Salud-, si no saben hacer su trabajo, dejen que otros hagan su trabajo!”,
aseveró.
Subrayó que “a partir del día de hoy, todos los papás de oncología pediátrica empezaremos en busca de recursos y de quimios; a ver cómo vamos a sacar adelante la situación del niño con cáncer en el Hospital General de Veracruz. Llevamos más de 6 meses pidiendo quimioterapia, y lo único que hemos recibido son oídos sordos, no de las autoridades del hospital, ya que los doctores Avelino y Homero, ¡Se parten la madre para tratar de conseguir la quimio!”
“Pero si Xalapa, arguyó-, no suelta la lana, si la Federación no suelta la lana, no hay nada que podamos hacer (…); ¡Perdón! -Corrigió con doble intención-, hay muchas cosas que podemos hacer, y vamos a empezar a trabajar para sacar dinero, si ustedes no pueden, no se preocupen nosotros si podemos, nada más, quítense del camino; en serio, quítense del camino”.
Sostiene que, si alguien atenta contra su vida, dejará como testigos a los padres de familia de su lucha
“Si me buscan estoy en el segundo piso del Hospital General de Veracruz. Si pretenden hacerme algo si me pasa algo, les prometo que los papás de los niños de Onco harán una pequeña revolución; sigo diciendo: no es un honor morir por Obrador y no es un honor morir a causa de López Obrador, que lo piense bien, que lo medite bien; hay muchísimos niños con cáncer y de otras patologías que el dinero que iba invertir en ellos, se los está regalando a ‘ninis’; se lo está regalando a proyectos que no tienen futuro”.
“Un niño con cáncer tiene futuro, se puede curar; hay muchos ejemplos que quisiera poner: Sergio Gallegos Castorena, tuvo cáncer, tuvo la oportunidad de tratarse y es el mejor oncólogo pediatra que conozco”, -en este momento, se soltó en llanto, impotente-.
A partir de hoy, -comentó-, empieza a buscarse la quimioterapia por parte de los papás y por parte de los oncólogos pediatras. No estoy en mi área de trabajo; no estoy en horario de trabajo y llegué hasta donde tenga que llegar. El niño con cáncer tiene derecho y tiene derecho a la vida, si no lo quiero ver si no lo quiere ver ni López, Roberto Ramos Alor, -secretario de salud de la entidad; ni Cuitláhuac, -Gobernador del estado-, no es mi problema, mi problema es que yo le doy la cara los pacientes, yo soy el responsable los pacientes y yo los veo morir. Si ustedes no quieren hacer nada, quítense de en medio, suficientes daños han hecho”.
En otro reciente video en su página de Facebook, se refiere a las autoridades que dirigen o tratan de dirigir la salud en Veracruz, así como a las de México, “que dicen que hay un terreno parejo, en eso tiene razón, el terreno está parejo; ¡Está jodidamente parejo! No sabemos qué tipo de tumor estamos tratando y pacientes y doctores han pagado con su dinero los estudios (…), ¡Pero eso a quién le importa! Prefiere andar cortando zacate –refiriéndose al gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García-, en algún parque ecológico, que ver la situación de la medicina en el Estado”.
Dicho comentario lo expuso toda vez que el gobernador de Veracruz se ocupó en realizar el trabajo que el alcalde Hipólito Rodríguez debería estar supervisando.
De hecho, en redes sociales, le llovieron las críticas, pues “en vez de estar chapeando con el machete afilado en la glorieta Guízar y Valencia, el gobernador ha estado descuidando sus obligaciones en el Estado, sobre todo en el abasto de medicinas para pacientes de cáncer”, se publicó.