¿Qué santos se celebran hoy 24 de diciembre?: San Gregorio (mártir), Delfín, Tarsila, Irmina, Metrobio…

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A un día de la celebración del nacimiento de Jesucrito, el santoral de la Iglesia Católica honra este 24 de diciembre, Nochebuena, a San Gregorio de Spoleto, un presbítero italiano que pasó a la posteridad por ayudar a los más desfavorecidos en la región de Umbría.
Gregorio predicó en el siglo III en el municipio de Spoleto, situado en lo que hoy es la región italiana de Umbría, en una época en la que las persecuciones del emperador de Roma Diocleciano alcanzaron su punto álgido. Gregorio hablaba sin titubeos de la unicidad de Dios, de las Sagradas Escrituras y de la falsedad representada por los dioses paganos de Roma. Lo hizo con tal eficacia que empezó a representar una amenaza para el poder imperial. Era un hombre que se ocupa en hacer el bien a los demás, ayudando a los más pobres, dando consuelo a los tristes y animando al desalentado. Sus virtudes y sus milagros provocaron la ira y el escándalo de las autoridades del Imperio.
Diocleciano encargó al prefecto Flaco que pusiera orden en el Imperio en lo que concernía a la religión y obligó a prestar adoración a los dioses, con la advertencia de quienes no acataran la orden serían ejecutados.
En Spoleto, Flaco reunió a todos los habitantes y les preguntó pos sus creencias. Cuando le llegó el turno a Gregorio, este no renunció a su fe y fue acusado de «ser rebelde a los dioses». Gregorio afirmó que sólo un Dios merece adoración y se mostró dispuesto a morir.
Flaco mandó que lo golpearan y lo quemaran. Un terremoto detuvo la ejecución y arrasó Spoleto, pero al día siguiente, el 24 de diciembre de 303, Gregorio fue decapitado.
SANTORAL DEL 24 DE DICIEMBRE
San Gregorio de Spoleto
San Delfín de Burdeos
San Metrobio mártir
Santa Irmina de Tréveris
Santa Tarsila de Roma
Beata Paula Elisabet (Constancia) Cerioli
Beato Bartolomé María dal Monte.

San Gregorio de Spoleto

Presbítero que murió mártir en la persecución de Diocleciano a comienzos del siglo IV.

En su historia interviene un personaje llamado Flaco que es el encargado por el gobierno de Roma para poner orden en el Imperio en lo que concierne a la unidad de religión fundamento del orden social. Ha pensado en su estrategia contra los rebeldes e inconformistas de cuya existencia en su territorio está bien informado: multiplicará los dioses y obligará a prestarles adoración. Quienes no acaten la orden con fidelidad serán aniquilados.

En la península itálica, en la Umbria, concretamente en Spoleto, hay un hombre llamado Gregorio, se ocupa en hacer el bien a los demás, está interesado en poner remedio a las necesidades económicas de los más pobres y de hecho las remedia en la medida que puede, da consuelo a los tristes e incluso quema el tiempo animando cuando alguien está desalentado.

Es pacífico y en su vida se advierte la rectitud. Todos lo tienen por hombre religioso. Incluso a los que quieren les descubre poco a poco los misterios de Dios y, lo que es más llamativo aún, algunos le siguen porque tanto su enseñanza como el estilo de su vida tienen un atractivo poco común. Sí, hay un no sé qué atrayente por su nobleza y altura de miras.

Pero por lo que se ve que no agrada a todos. No quiere sacrificar a los dioses. Tiene ideas distintas. Él no se acomoda a lo establecido. Es acusado de «ser rebelde a los dioses». Afirma que sólo un Dios merece adoración y tan testarudo se muestra en su convicción que, a pesar de las amenazas y vejaciones, está dispuesto incluso a morir. De hecho así terminó su vida en el año 303.

catholic.net

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