Que proclamen el Evangelio y vuelvan a los fundamentos de la Fe, pide León XIV a los obispos

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* Nadie puede impedirles proclamar el Evangelio, porque todos lo necesitamos para vivir bien y ser felices, dijo León XIV en su primer discurso al episcopado italiano.

Destacó el papel especial de los laicos en la evangelización. «Vayamos juntos con alegría y canto en los labios. Dios es más grande que nuestra mediocridad, ¡dejémonos llevar por Él! Confiemos en su Providencia», apeló el Papa.

En primer lugar, el anuncio del Evangelio.

Entre los desafíos que enfrenta la Iglesia en Italia, el Santo Padre destacó la evangelización en primer lugar. «Sobre todo», dijo, «se necesita un nuevo impulso en la proclamación y transmisión de la fe». Enfatizó la necesidad de poner a Jesucristo en el centro y ayudar a las personas a vivir una relación personal con Él, para que descubran la alegría del Evangelio.

Regresando a los fundamentos de nuestra fe

León XIV enfatizó que en tiempos de gran fragmentación es necesario volver a los fundamentos de nuestra fe, al kerygma. Este es el primer gran compromiso que motiva a todos los demás: llevar a Cristo al mundo, renovando la misión apostólica, según lo que escribe el apóstol Juan: «Les anunciamos lo que hemos visto y oído». «Se trata de discernir las maneras en que la Buena Nueva puede llegar a todos, mediante acciones pastorales capaces de llegar a los más alejados y mediante medios que puedan renovar la catequesis y el lenguaje del anuncio».

Secularización, alejamiento de la fe

El Santo Padre recordó que en 2006 Benedicto XVI habló de la Iglesia italiana como una realidad muy viva, en la que participan ampliamente personas de todas las edades y procedencias. Señaló que la tradición cristiana está profundamente arraigada en Italia y da frutos. León XIV señaló que hoy la comunidad cristiana se enfrenta a nuevos desafíos relacionados con la secularización, el abandono de la fe y la crisis demográfica. Refiriéndose al papa Francisco, enfatizó que la actitud profética necesaria hoy no exige romper con la tradición, sino tomar decisiones valientes.

Seamos un modelo de paz

El Papa enfatizó que la Iglesia también debe ser testigo de la paz y de la capacidad de reconciliación, especialmente allí donde las relaciones interpersonales y sociales se tornan difíciles y conducen al conflicto. «Que cada comunidad se convierta en una ‘casa de paz’, donde aprendamos a desarmar la hostilidad mediante el diálogo, donde se practique la justicia y se cultive el perdón».

En defensa de la dignidad humana

León XIV también señaló los desafíos que surgen de la necesidad de respetar la dignidad humana. «La inteligencia artificial, las biotecnologías, la economía de los datos y las redes sociales están transformando profundamente nuestra percepción y experiencia de la vida. En esta situación, la dignidad humana puede verse aniquilada u olvidada, sustituida por funciones, automatismos y simulaciones. Pero el hombre no es un sistema de algoritmos: es un ser, una relación, un misterio», afirmó el Papa.

Colegialidad y sinodalidad, armonía en la Iglesia

El Papa también mencionó la colegialidad y la sinodalidad. Destacó que la Iglesia en Italia tiene un vínculo especial con el Papa.

«Al ejercer mi ministerio con vosotros, queridos hermanos, quisiera inspirarme en los principios de colegialidad desarrollados por el Concilio Vaticano II». Citando la constitución conciliar Lumen gentium, recordó que el Señor Jesús instituyó a los apóstoles «como un colegio, es decir, como un grupo permanente, al frente del cual puso a Pedro, elegido de entre ellos». Enfatizó que así es como los obispos deben vivir su ministerio: en colegialidad entre ellos y con el sucesor de Pedro. Hablando a su vez sobre la sinodalidad, León XIV se refirió a la enseñanza de san Agustín, quien habla de la necesidad de mantener la paz y la armonía entre los diversos miembros del cuerpo de la Iglesia.

CIUDAD DEL VATICANO.

MARTES 17 DE JUNIO DE 2025.

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