¿Qué pasó durante estos tres días en el Vaticano? ¿Por qué fue invitado al Consistorio el cardenal Angelo Becciu?

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En los días previos al Consistorio, el Sumo Pontífice llamó al Cardenal Angelo Becciu y lo invitó al evento ya los dos días de «Encuentro con el Colegio» (es decir, el Consistorio) para discutir el Praedicate Evangelium.  La motivación con la que Francisco hizo este gesto fue la de la «presunción de inocencia» que recordó garantizar al cohermano sólo dos años después de su defenestración.

¿Presunción de inocencia o pena ejemplar?

A pesar de esto, sin embargo, en los últimos días también ha habido algunas extrañas reconstrucciones de periodistas que inmediatamente acusaron al Papa de haber sacado al cardenal sardo de la horca de la picota pública. Básicamente, la prensa sostuvo que en realidad la invitación es válida sólo para el presente consistorio. Es una invitación personal del Papa, nada más. Incluso “Voces de la Santa Sede” se molestó en justificar esta absurda reconstrucción. Que quede claro, no hay una voz de la Santa Sede, son simplemente unos chistes del clérigo del momento al estafador de turno que luego lo suelta en el periódico para el que escribe. La Santa Sede se expresa, y debe expresarse, claramente a través de comunicaciones, no por pizzini.

Incluso en las estadísticas del Colegio cardenalicio publicadas en las últimas horas se especifica que el cardenal Angelo Becciu no figura entre los electores. Francisco no interviene porque lleva tiempo marchando sobre ese «dicho tácito» y confusión pero está claro que si realmente fuera su intención invitar a Becciu a este Consistorio, sus palabras contradirían su obra. Si la invitación se hizo porque se debe garantizar la presunción de inocencia hasta la sentencia firme, ¿por qué Becciu no pudo participar en el Cónclave o en los Consistorios posteriores? ¿Se trata también de un derecho intermitente?

Si en el próximo Consistorio no habrá espacio para el cardenal Angelo Becciu, quedaría claro el propósito que Francisco ha querido perseguir en esta ocasión. La invitación más bien sonaría a testamento punitivo, encaminado a demostrar a todo el Sacro Colegio lo que les ocurre a los que acaban en la lista negra. Una especie de chivo expiatorio. Pero estamos seguros de que esa no es la verdadera intención del Pontífice y ciertamente comprendió su error y rehabilitó al cardenal Becciu a la espera de un pronunciamiento del único órgano competente: el tribunal.

La reunión de los Cardenales

El lunes 29 y martes 30, los cardenales, patriarcas y algunos superiores de la Secretaría de Estado participaron en reuniones en el nuevo Aula Sinodal que tuvieron como objetivo aclarar algunos aspectos de la Constitución del Praedicate Evangelium.

Algunas intervenciones estaban previstas, en presencia de todos, pero en la realidad no fueron posibles. Algunos cardenales deberían haber hecho algunas consideraciones pero se les pidió que presentaran el texto escrito. «Quién sabe si alguna vez se leerá», susurran. La división en grupos lingüísticos enfrió mucho la discusión que se centró en el papel de los laicos, la sinodalidad y la transparencia financiera. 

Han surgido varias dudas sobre la posibilidad de tener a los laicos al frente de los dicasterios. Cuestiones jurídicas, que conciernen al poder de gobierno y que necesariamente necesitan ser aclaradas. Sin embargo, a pesar de que la narración proporcionada por los 4 periodistas habituales (sabiamente adoctrinados por la Oficina de Prensa de la Santa Sede) es la de un encuentro con un ambiente sereno, en realidad varios cardenales han pisoteado sus pies . “Es un texto que nos entregaron así, y ahora simplemente tomamos nota”, se  quejan. Especialmente los juristas que estuvieron, una vez más, muy ausentes de esta reforma.En esencia, no se apagan las críticas a Francisco, que ha optado por rodearse de un grupo de personas de mucha confianza que han trabajado durante nueve años en un texto que ya ha demostrado que tiene agua por todos lados. Hablamos de eso aquí )

Como es habitual, el sentimiento real que habita en los miembros del Colegio cardenalicio se percibe en los momentos menos oficiales, los desayunos que precedían a estos encuentros, comidas o cenas, donde los cardenales se sienten mucho más libres para discutir serenamente los problemas que hoy preocupan y ni un poco. También porque no es la primera vez que les dicen que se enfrenten serenamente y sin miedo pero luego las consecuencias de esas francas expresiones les han pagado amargamente. Varios cardenales quedaron perplejos, no sorprendidos, por la obra del franciscano Mauro Gambetti en la Basílicay lamentaron que el Pontífice no hiciera nada para poner fin a esta gestión. Sobre todo teniendo en cuenta que en 2025 será el Jubileo. La sesión del encuentro de esta tarde, en efecto, estuvo dedicada al Jubileo de la Esperanza. El Colegio Cardenalicio celebrará la Eucaristía en la Basílica a las 17.30 horas con el Santo Padre y cada uno volverá a su propio ministerio.

Silere non possum

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