El cerebro humano, así como el de cualquier animal, está programado para tomar nota y recordar los eventos importantes de su existencia para generar una marca que le permita su supervivencia y la de su descendencia. Es así como los acontecimientos que son llamativos para nuestro cerebro sean positivos o negativos, van a influir en nuestra conducta para siempre.
Este proceso que realiza el cerebro para reafirmar eventos y protegernos puede llevarnos a tener conductas positivas o nocivas, que, si bien en muchos casos pueden ayudarnos a sobrevivir, en otros pueden desencadenar en comportamientos que no nos permiten vivir plenamente.
Es así como la psicología, que busca encontrar la raíz de los problemas del individuo, puede ser una solución para reconfigurar la mente. Sin embargo, un proceso terapéutico puede tardar varios años según la profundidad de la herida y la frecuencia con la que el individuo sea tratado. Es ahí donde la psicología católica tiene un gran triunfo ya que el proceso de sanación apoyado en la oración constante, además de tener el elemento divino de la intervención de Dios, permite que el proceso de sanación pueda realizarse a diario y en cualquier lugar.
¿Has escuchado la parábola de la viuda pobre y el juez injusto?
Jesús, quien quiere que comprendamos la importancia de una oración persistente, nos cuenta en la parábola que un juez que no temía a Dios ni tenía respeto por los hombres, era visitado constantemente por una viuda para que éste le hiciera justicia frente a su adversario. Fue esta persistencia, la que hizo que el juez injusto fallara en favor de la viuda quien recibió lo que tanto pedía.
¿Por qué la oración diaria es importante en un proceso de sanación?
De la misma forma en que una herida emocional, causada por un acontecimiento negativo, se imprime en nuestras células y en nuestra mente, el proceso de sanación tiene que ser persistente y constante para que el cerebro entienda que lo que le decimos es importante. De esta forma la oración, como herramienta de sanación, puede contrarrestar cualquier daño recibido por la persona, para desactivar su efecto nocivo en la conducta.
Otro elemento de gran valor que tiene la oración en la sanación, es que le permite al individuo identificar cada conducta nociva o indeseable en su día a día y darle un sentido. Este proceso de oración, al realizarse de manera estructurada, logra que la persona entienda su proceso tanto desde lo psicológico como desde lo espiritual. Lo psicológico le marca un camino racional al paciente y hace que se sienta encaminado, incluso cuando se siente perdido. Lo espiritual le permite estar realmente acompañado todo el tiempo por el amor de Jesús que es infinito y eterno y es lo que finalmente logra la sanación.
¿Cómo actúa la sanación?
Tener consciencia de que los acontecimientos de nuestra vida pueden generar marcas es importante porque nos indica en dónde hacer foco. A partir de ahí es necesario conocer en profundidad las heridas conscientes e inconscientes para ponerlas en oración constante y persistente. Además de esto, es importante identificar nuestras acciones nocivas ya que una vez se nos da la gracia de la sanación en Cristo, estas conductas indeseables desaparecen y podemos enfocarnos en nuestro proyecto de vida.
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