Monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, ha publicado una extensa e interesante carta pastoral titulada «Monstra te essem Matrem» (Para gestar nuevos cristianos) donde, entre otras cosas, anuncia la convocatoria de un Jubileo por el 450 aniversario de la victoria de Lepanto, y que tendrá como epicentro el santuario dedicado a la Virgen de la Victoria de Lepanto en la localidad madrileña de Villarejo de Salvanés.
Pero el objetivo de la carta se centra en la necesidad del anuncio del Evangelio en una sociedad descristianizada como la española. Es ya por tanto un “primer anuncio”.
“¿Qué nos ha pasado a los católicos españoles? ¿Cómo hemos podido estar tan poco atentos a las voces proféticas de San Juan Pablo II y Benedicto XVI? ¿En qué momento nos encontramos ahora y qué podemos hacer?”, se pregunta Reig Pla.
«Una profunda crisis de fe»
De este modo, el obispo de Alcalá señala que “siendo testigo directo de todo este naufragio soy también testigo de lo que es capaz de promover la fe cristiana, el encuentro con Cristo y la potencia de la Palabra de Dios y de la Eucaristía cuando configuran auténticas comunidades cristianas llamadas a ser la levadura en la masa. Nuestra crisis no se resuelve llamándola crisis política o crisis social, moral o religiosa. Lo que caracteriza a nuestro momento actual, fruto de lo dicho anteriormente, es una crisis profunda de fe y una ausencia de pensamiento crítico auspiciado por la misma fe en Cristo”.
Pese a que los últimos Papas han hecho constantes llamadas a la “nueva evangelización”, monseñor Reig hace autocrítica y considera que “la Iglesia en España ha continuado dando la fe por supuesta por la apariencia del catolicismo sociológico, y no ha sabido arbitrar, más allá de las minorías, propuestas serias de iniciación cristiana. Se trata de una ¡desmemoria’ epocal. Habituados a las ‘costumbres cristianas’ hemos olvidado cómo gestar nuevos cristianos y cómo revitalizar la fe de nuestro pueblo”.
Esto ahora se traduce –explica- en la falta de matrimonios cristianos, en la alta tasa de rupturas familiares, la bajísima natalidad, la cultura de la muerte y el laicismo cada vez más creciente. “Estamos ante una enfermedad profunda que reclama de todos nosotros una etapa larga de purificación. El Señor nos sitúa de nuevo en el exilio y nos faltan profetas que llamen a la conversión para poder reconstruir de nuevo la ciudad y plantar en ella la Cruz”, agrega.
«Recuperar el primer anuncio»
Por ello, el obispo urge a “renovar la iniciación cristiana”, y por ello “recuperar el primer anuncio que propone el encuentro con la Persona de Cristo que vive en su Iglesia: es lo que los últimos Papas han llamado “primera evangelización”. Esta urgencia nace por la presencia de otras religiones o espiritualidades en la vida ordinaria, por la frecuente renuncia de las familias a dar testimonio de la fe y transmitirla a los hijos (cuando eran el sujeto tradicional del primer anuncio) y por una creciente deriva moralista-humanista de la transmisión de la fe o, incluso, por una difusa tendencia a una religiosidad vaga, sin los contornos personales de una adhesión a Jesucristo y una consciente pertenencia a la comunidad cristiana”.
Recuerda en segundo lugar que:
Hoy se tiene mayor conciencia en la catequesis de que no puede darse por supuesta la fe. Muchos de los niños, adolescentes o jóvenes que están en los procesos de la catequesis son sujetos que no han sido alcanzados por el don de la fe y viven una religiosidad sin raíces verdaderamente cristianas y sin conciencia de ser y vivir como discípulos del Señor.
Ante esta situación, Reig Pla propone a los sacerdotes y responsables parroquiales para este curso “promover el ‘primer anuncio cristiano’, el anuncio del Kerygma, tanto en la predicación como en la catequesis de todas las edades y para todas las edades y para todas las condiciones de los destinatarios, incluidos los alejados o debilitados en su fe”. Por ello, anima a “estudiar y dar a conocer las distintas modalidades del ‘primer anuncio’ y presentar las distintas iniciativas y movimientos que existen en la Iglesia centrados en el anuncio del Kerygma y en la evangelización”.
Del mismo modo, las parroquias y las delegaciones pueden dar a conocer estas modalidades y solicitar la presencia de los movimientos y realidades eclesiales que les puedan ayudar. El objetivo, más allá del anuncio del Kerygma, que debe ser permanentemente profundizado, es ir reconduciendo la iniciación cristiana haciéndola desembocar en la gestación de nuevos cristianos y de nuevas familias y comunidades cristianas,
incide Reig.
Jubileo por la victoria de Lepanto
En la carta pastoral, el obispo de Alcalá ha anunciado el jubileo por los 450 años de la victoria de Lepanto contra los musulmanes y que tiene una especial significación en la diócesis, donde Luis de Requesens, Comendador mayor de Castilla en la Orden de Santiago, y segundo de Juan de Austria en la batalla, ordenó posteriormente construir un convento en Villarejo de Salvanés por la Virgen de la Victoria de Lepanto.
Para nosotros, católicos del siglo XXI, lo más importante es recuperar un signo más de la intercesión de María que acompaña el caminar de su pueblo. Nosotros creemos en la Providencia y sabemos que Dios no está al margen de la historia. Es más, conduce nuestra vida e ilumina nuestra historia para que desemboque en el bien de los que aman al Señor (Cf. Rm 8, 28). Del mismo modo, la Virgen María intercede por cada uno y se muestra como Madre, como quise recordarme en mi lema episcopal: “’Muestra que eres Madre’”, explica el obispo Reig.
Por ello, con motivo de esta efeméride el obispo ha solicitado a la Sagrada Penitenciaría de Roma un Año Jubilar que “nos ayude a volver la mirada a la Virgen de la Victoria buscando su intercesión y para actualizar y propagar entre los fieles, también los niños, las familias y las parroquias el rezo del Santo Rosario privada y públicamente. Encargo a una comisión los aspectos particulares de este Año Jubilar que se va a extender desde el primer domingo de adviento de 2020 hasta la fiesta de Cristo Rey de 2021. En todo este año la Imagen de la Virgen del Rosario y su convento en Villarejo de Salvanés serán designados como lugares de peregrinación y de oración en comunión con las imágenes del Rosario diseminadas en toda la diócesis”.
Y es que hay otros Lepantos en este momento de la historia. Así lo explica Reig:
El contexto en el que nosotros vivimos es muy diferente al que se vivió en el siglo XVI y que llevó a la batalla del Golfo de Lepanto. Sin embargo, este acontecimiento nos puede servir para profundizar en nuestra situación actual y para ser conscientes del combate que supone la vida cristiana. Como entonces ocurrió, los cristianos no estamos unidos, ni siquiera en el seno de la Iglesia Católica. Este es un motivo que nos debe invitar a la oración y a formar, unidos a Pedro, una liga santa de almas orantes invocando a María con el rezo del Santo Rosario y suplicando su intercesión.
Con información de: Religión en Libertad