El portavoz de la Arquidiócesis de Chihuahua, Gustavo Sánchez, lamentó la decisión del gobernador de la entidad, Javier Corral, quien la semana pasada instruyó el cierre de Iglesias, cines y casinos en la entidad, para evitar contagios por covid-19.
En lo que toca a la Iglesia católica, llamó a fieles y laicos a respetar las indicaciones por parte del gobierno Estatal; sin embargo, reclamó:
“Ojalá no se nos olvide que hay sobre cada uno de nosotros una particular responsabilidad, así como del gobierno e instituciones de salud, que hagan su parte”.
El presbítero, en tono triste, dijo a Agencia Católica de Noticias (ACN), que ansía el cambio del color del semáforo, de naranja al amarillo, con el cual se podrá volver a las actividades económicas esenciales y no esenciales con distanciamiento social y uso de cubre-bocas.
Lamentó las muertes por coronavirus, al subrayar que “cada vez son más los conocidos y familiares los que han fallecido. Encomendamos su alma la misericordia de Dios y pedimos a sus consanguíneos que el Señor les dé paz consuelo y los llene de Esperanza”.
En ese contexto, exhortó a que “aumente nuestra fe en medio de todo este mar de confusión y de afirmaciones que van en diferentes sentidos”, al tiempo que pidió no comportarse negligente ante las medidas sanitarias, pues “no somos especialistas en medicina, tampoco autoridad civil o un investigador científico para decidir acciones que podrían ir en perjuicio de la propia salud y de los demás”.
Recordó que el Evangelio que se proclamó el domingo (ayer) nos presenta un Jesús que nos llama a permanecer firmes en la fe; (cuando) parecería que hasta el cielo nos niega el agua, el Señor nos Llama a permanecer firmes en Él para que nos conceda el don de la lluvia.
“Que el Señor nos conceda la fuerza de su Espíritu Santo, para que aún en medio de la prueba, dificultad o caída; aún en medio de nuestro pecado, podamos reconocer la voz del Señor que nos llama a la conversión y a una vida nueva”,
agregó.
Por último, reconoció la labor de médicos y enfermeras y de todas las personas que desde el servicio público ofrecen su propia vida “para que nosotros podamos seguir adelante. Nuestra oración por todos ellos y para todos los enfermos”.
