¿Qué es la Masonería?

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Se llama también francmasonería, Orden, Hermandad, Fraternidad. Es una sociedad secreta condenada por la Iglesia Católica desde su aparición en el siglo XVIII. La “alta Masonería” se caracteriza por lo siguiente: – Ser una asociación esotérica e iniciática, gnóstica y ocultista (en símbolos y ritos, que incluyen fórmulas de magia, astrología, doctrinas antiguas e iluminismo). – Rendir juramento (con penas severas y hasta la muerte misma) y obediencia ciega (a sus jefes superiores). – Negar a Dios Uno y Trino (rinde culto al “Gran Arquitecto del Universo”=“Abadón”=Lucifer).
– Creer en la razón humana como única forma de conocimiento. – Conspirar contra el Estado al pretender el poder público subrepticiamente (han participado en varias revoluciones mundiales). – Según declaraciones de varios ex miembros, buscar en última instancia ¡destruir a la Iglesia Católica! Algunos maestres (“Maestros”) en ciertos grados (más allá incluso del Grado 33°) aseguran se adora a Satanás.
De acuerdo con William Schnoebelen, ex satanista y ex masón, el masón Albert Pike (1809-1891) calificado como el “genio supremo de la Masonería” fue el “Soberano Pontífice de Lucifer”; este sostuvo que Cristo murió en la Cruz y no resucitó, ayudó a crear el Ku Klux Klan y estableció el rito luciférico (supremo) Paladión que buscó una alianza internacional de masones.
Pike es conocido por proponer en una carta del 15 de agosto de 1871 a Giussepe Mazzini (cabeza de la sociedad secreta revolucionaria “los carbonarios” y líder de los Illuminati de Europa), la realización de tres guerras mundiales en el futuro. (Durante un breve periodo, esta carta se exhibió en la Biblioteca del British Museum de Londres, y William Guy Carr, antiguo Oficial de Inteligencia de la Royal Canadian Navy, la copió). Se dice que la carta fue resultado de una visión o de un espíritu maligno. “Masones y ex masones han fundado varias sectas satánicas y sobre todo luciféricas (Golden Dawn, OTO, Orden Illiminati, etc.)”.
No ha tenido empacho en haber albergado en su seno, asimismo, a brujos y satanistas. Entre sus miembros ocultistas destacan Annie Besant (Sociedad Teosófica), Alice Bailey (Lucis Trust), Aleister Crowley (Iglesia de Satanás), Theodore Russ (OTO) y Gerald B. Gardner (fundador del moderno avivamiento de la WiCCA), Wynn Westcott (Orden Ocultista del Amanecer Dorado), Eliphas Levi (escritor ocultista siglo XIX) y Gerard Encausse (“Martinistas”). El ex illuminati y ex hechicero, Doc Marquis, revela que la Masonería es “Brujería Iluminada” desde su núcleo. Y Gabriel López Rojas (fundador de la paramasónica Orden Illuminati, moderna) desvela su tradición luciferiana.
Existe la versión de que la Masonería nace, no obstante, en la corte del Rey Herodes Agripa, cuando Hiram Abiud le propone la idea de formar un grupo oculto que termine con los cristianos. Así, Herodes acepta y el 24 de junio del año 43 d. C., se funda ese equipo e integra por nueve hombres en total, con el nombre de «La Fuerza Misteriosa». De este modo, “la fecha, el lugar, los fines, los principios y demás secretos fueron registrados en manuscritos, distribuidos entre los 9 miembros iniciales, quienes los guardaron bajo juramento de entregarlos únicamente en herencia al primogénito o el más inteligente de sus hijos, así hasta el fin de los siglos. El secreto quedó limitado sucesivamente entre fundadores, hijos, nietos, biznietos, etc. En cada generación y época, el sucesor agregaba en su manuscrito lo ocurrido en su tiempo, referente a actos y luchas en contra de la Cristiandad, ya que el objeto primordial de la secta es ese”.
La fuente consultada que revela lo anterior señala que “pasaron casi 1700 años; dos herederos se encontraron y decidieron dar a la asociación un carácter internacional, inventando un lema con fines ficticios: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Además, a la asociación le dieron un nuevo nombre: Francmasonería. Uno de los dos sucesores desapareció trágicamente con su manuscrito, pero el otro, de nombre Jonás se convirtió al Cristianismo al casarse con una mujer no judía de nombre Jeanette. Influído por ella, recomendó traducir el material a todos los idiomas posibles”.
Ricardo de la Cierva, estudioso del tema, remata al confirmar todo lo anterior como sus vínculos con el Club Bilderberg, la Comisión Trilateral, el Council on Foreign Relations, Skull and Bones, etc.
Todas estas notas características asentadas se encuentran fundamentadas doctrinalmente en los siguientes documentos: + IN EMINENTI, Clemente XII, 24 / IV / 1738. + PROVIDAS, Benedicto XIV, 18 / V / 1751. + ECCLESIAM A JESU CHRISTO, Pío VII, 13 / IX / 1821. + QUO GRAVIORA, León XII, 13 / III / 1825. + TRADITI HUMILITATI (Encíclica), Pío VIII, 24 / V / 1829. + MIRARI VOS (Encíclica), Gregorio XVI, 15 / VIII / 1832. + QUI PLURIBUS (Encíclica), Pío IX, 9 / XI / 1846. + HUMANUM GENUS, (Encíclica), León XIII, 20 / IV / 1884. + DALL’ ALTO DELL’ OPOSTOLICO (Encíclica), León XIII. + INMICA VOS (Encíclica), León XIII, 8 / XII / 1892. + CUSTODI DI QUELLA FEDE (Encíclica), León XIII, 8/XII/1892.
Además, existen otros pronunciamientos del Magisterio referentes a la Masonería:
• Declaración sobre la Masonería de la Conferencia Episcopal Alemana, 9 / VII / 1980.
• La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el 17 / II / 1981, promulgó una clarificación sobre el estado de los católicos que se asocian en la masonería.
• El código de ley canónica actual en su canon 1374 (promulgado en 1983) no habla explícitamente de esta asociación, pero hace una advertencia general sobre ella.
• Declaración sobre las Asociaciones Masónicas, Quaesitum est, de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, 26 / IX / 1983. Ésta última, firmada el Cardenal Joseph Ratzinger.
El papa Pío IX escribió al Obispo de Recife, Brasil, el 24 de mayo de 1873: “Después de la orden expresa de la Iglesia, tantas veces repetida y acompañada de severas sanciones, después de la divulgación de los actos de la impía secta que ponen en descubierto sus verdaderos designios, después de las perturbaciones, las calamidades y las innumerables ruinas provocadas por ella y de las cuales no se avergüenzan de gloriarse insolentemente en públicos escritos, no existe más excusa alguna para aquellos que en ella se inscriben”.
El papa León XIII, en su Carta Encíclica Humanum Genus (1884), dijo en el apartado No. 8 sobre esta sociedad que era “una gran conspiración habilidosamente organizada y disciplinada contra Jesucristo y la Iglesia, y consiguientemente contra el mismo Dios” y que su fin último y principal era “la destrucción radical de todo orden religioso y civil establecido por el cristianismo…”.
El documento más reciente, Quaesitum est, del entonces Cardenal Ratzinger (hoy S.S. Benedicto XVI) dice: “Subsiste por tanto inmutable la sentencia negativa de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas, porque los principios de ella siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la Iglesia. Los fieles cristianos que dan su nombre a las asociaciones masónicas se debaten en pecado mortal y no pueden acceder a la Sagrada Comunión”.
Después de leer lo anterior, no hay lugar a dudas acerca del carácter esotérico-ocultista de esta organización. ¡Oremos por su conversión! Que Dios y la Virgen nos ayuden y nos den discernimiento contra estas falsas doctrinas.
DIÓCESIS DE CELAYA, México.
MIÉRCOLES 6 DE JULIO DE 2022.
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