El Presidente de la CEM (Rogelio Cabrera López), su Secretario General, así como el Señor Obispo Responsable de la Pastoral Educativa y de Cultura de la CEM y Obispo de Irapuato, Mons. Enrique Díaz Díaz, a nombre de los Obispos de México, manifestaron su postura con relación al próximo ciclo escolar. Entre otras cosas señalaron que es momento de que «ganen los niños» con una estrategia generosa, creativa y solidaria:
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La educación es la piedra angular de todo proyecto de Nación.
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Frente a la emergencia educativa, sanitaria, económica y social, respondamos a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de México, con toda la fuerza del Estado (es decir con el consenso de la sociedad y el gobierno), garantizando el principio consagrado en el artículo 4o. Constitucional del interés superior de la niñez.
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El Santo Padre Francisco reconoció en el lanzamiento del Pacto Educativo, el pasado 15 de octubre, que hay una “catástrofe educativa” de dimensiones globales, que puede dejar fuera del sistema educativo a más de 250 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en todo el mundo. Ante esta «dramática realidad, sabemos que las medidas sanitarias son insuficientes si no van acompañadas de un nuevo cambio en el modelo de desarrollo…».
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Frente a ello, propusieron:
1. Garantizar un Programa Estratégico General para el Regreso Presencial a la Comunidad Educativa, el próximo 30 de agosto, que parta de un diagnóstico serio, calificado y amplio, que recoja las realidades y las voces de la educación pública y privada, con especial atención a las dolorosas situaciones de inequidad, articulando una respuesta gradual y solidaria para todos, y que reincorpore a los más de tres millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que han quedado fuera del Sistema Educativo Nacional.
2. Ofrecer un esquema de vacunación, abierto a las fuerzas de la sociedad civil organizada, para llegar más pronto a todos los que necesitan ya contar con la inmunización.
3. Realizar un esfuerzo mayúsculo y proporcional en el gasto público, principalmente de la Federación, que es quien ha centralizado los recursos, para reconvertir los centros escolares públicos y privados, en espacios en donde la comunidad educativa pueda organizarse, colaborar y responder a los desafíos más básicos.
4. Hoy, más que nunca, urge atender el desarrollo integral de cada miembro de la sociedad. Lo anterior, es posible si nos enfocamos en la atención de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Al servirles, desatamos una fuerza reparadora también en los adultos. La corrupción, la injusta distribución del ingreso, la ilegalidad, no se resuelven con discursos y buenos propósitos, sino con una gestión adecuada que establezca claros principios y acciones concretas.
5. El desafío está, principalmente, en la reconversión física y social, de cada comunidad escolar, A TRAVÉS DE LA GENERACIÓN DE UN PACTO EDUCATIVO LOCAL, entre directivos, maestros, padres de familia, estudiantes, comunidad en general, incluyendo autoridades civiles, académicos, asociaciones religiosas, entre otros. Cada comunidad escolar requiere desarrollar sus protocolos de seguridad sanitaria, promoción de la solidaridad e implantación de una cultura del cuidado, según sus circunstancias, recursos y máxima creatividad.
6. Es urgente recuperar toda una estructura para la educación temprana, que antes de la Pandemia ya había sido restringida. No podemos arriesgar el porvenir de esta generación. Se requieren guarderías, estancias infantiles, pre-escolares, así como una atención integral y de calidad que garanticen las futuras condiciones educativas.
7. La educación requiere fortalecer la infraestructura tecnológica necesaria, pues solamente a través de una comunicación bidireccional, el niño, la niña, el adolescente o joven pueden entablar un diálogo corresponsable, participativo y personalizante, con su educador designado. La tecnología es fruto del ingenio humano y está al servicio de la equidad y la justicia, lo cual se logra cuando se dejan de lado las barreras, el afán de ganancia de las empresas o el de notoriedad por las instancias oficiales. Es momento de que ganen los niños.
Agradecieron el compromiso de los maestros de México, así como todos los esfuerzos de las distintas comunidades escolares diocesanas y religiosas, y les llamaron a continuar su esfuerzo con generosidad y talento.