Un análisis reciente de The New York Times encontró evidencia de lo que advirtieron muchas organizaciones católicas y otras entidades en el apogeo de la pandemia de COVID-19 en los Estados Unidos: la propagación más rápida del coronavirus entre los detenidos en instalaciones para violaciones de inmigración.
El periódico en un informe del 25 de abril dijo que las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, o ICE, tenían «una tasa promedio de infección cinco veces mayor que la de las cárceles y 20 veces mayor que la de la población en general». En los datos más recientes, la agencia ha reportado 12.000 casos de COVID-19 en sus instalaciones desde el inicio de la pandemia.
En una declaración de abril de 2020, el obispo de El Paso Mark J. Seitz, el cardenal Joseph W. Tobin de Newark, Nueva Jersey, y el cardenal Alvaro Ramazzini de Huehuetenango, Guatemala, pidieron la liberación inmediata “de tantos migrantes y solicitantes de asilo de la detención como sea posible ”, por temor a la propagación del virus dentro y fuera de los centros de detención de inmigrantes.
En aquel entonces, las organizaciones religiosas, que incluyen miembros católicos, como Faith in Action y el Hope Border Institute, pidieron medidas para frenar la propagación del virus en los campos de refugiados, refugios para migrantes y centros de detención y para brindar igualdad de condiciones a los migrantes y refugiados. acceso a prevención, pruebas y tratamiento para COVID-19.
Los defensores de los migrantes dijeron que les preocupaba que la cercanía de la detención y la falta de atención médica adecuada pusieran en peligro tanto a los detenidos como al personal de las instalaciones.
El informe del Times señaló cómo la falta de pruebas provocó brotes dentro de las instalaciones y finalmente afectó a la comunidad en las áreas circundantes donde se encuentran los edificios. Destacó el caso de una enfermera que se cree que contrajo el virus a través de su trabajo en un centro de detención, lo que finalmente la llevó a la muerte.
Si bien ICE ha proporcionado cifras para las tasas de infección entre los detenidos, no ha hecho públicos los datos sobre las infecciones del personal o los contratistas que entran y salen de los centros, según el informe.
Seitz, cuya diócesis cerca de la frontera entre Estados Unidos y México fue una de las más afectadas en el país, ha pedido repetidamente la liberación de los detenidos no violentos.
“Al mantener a los migrantes no violentos bajo custodia de inmigración, ponemos a todos en peligro. Juntos, sé que podemos superar esta crisis ”, dijo en un comunicado el 7 de abril de 2020. “También invito a los líderes de nuestro gobierno local a que se unan a mí para pedir a ICE un diálogo urgente sobre la necesidad de liberar a los infractores no violentos. Esto no puede suceder lo suficientemente pronto. Nuestras vidas dependen de ello.»
En el último brote informado, una instalación de ICE de propiedad privada en Aurora, Colorado, informó el 27 de abril que 96 detenidos y un miembro del personal habían dado positivo por COVID-19.
ILUSTRACIÓN INICIAL:
Un agente de la Patrulla Fronteriza en Peñitas, Texas, instruye a los migrantes en busca de asilo el 17 de marzo de 2021, mientras se alinean a lo largo del muro fronterizo después de cruzar el Río Grande. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas informa más de 12.000 casos de coronavirus en centros de detención. (Crédito: Adrees Latif / Reuters a través de CNS).
Rhina Guidos.
WASHINGTON, DC.
cruxnow.
28 abril de 2021.
