Esta mañana, en su cumpleaños, el Papa Francisco recibió en el Palacio Apostólico a un primer grupo de unos diez refugiados que llegaron ayer a Italia gracias a un acuerdo entre la Santa Sede, las autoridades italianas y chipriotas, como ya se anticipó durante el reciente Viaje Apostólico a Chipre y Grecia.
El grupo contará con el apoyo directo del Santo Padre, mientras que la Comunidad de Sant’Egidio se encargará de su inclusión en un programa de integración de un año.
El Papa dio la bienvenida a los refugiados en la sala del trono y escuchó sus historias y las de su viaje desde Congo-Brazzaville, República Democrática del Congo, Camerún, Somalia y Siria. Algunos de ellos son médicos y técnicos informáticos. «¡Nos salvaste!» dijo, emocionado, un niño congoleño, volviéndose hacia él. El Papa les dirigió individualmente unas palabras de bienvenida y afecto, y les agradeció su visita.
Al desearle «larga vida y buena salud» en su cumpleaños, los refugiados obsequiaron al Papa una imagen de un refugiado afgano, que representaba el intento de cruzar el Mediterráneo por parte de algunos migrantes.
El Papa Francisco preguntó por una niña que conoció en el campamento de Mavrouni, en Lesbos, que vendrá a Italia en los próximos días con su familia para ser atendida, y después de una foto juntos, saludó al grupo y pidió a todos que oraran por él.
