Ciudad de México.- La Conferencia del Episcopado Mexicano, encabezada por su presidencia, presentó una iniciativa significativa titulada «Una tilma, un corazón», con el objetivo de preparar a las comunidades católicas del país para conmemorar, en 2031, los 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego. Este anuncio se realizó durante la peregrinación de la diócesis de Cuernavaca a la Basílica de Guadalupe, en el marco de la novena intercontinental guadalupana que culminará en una celebración jubilar.
La iniciativa busca revitalizar la fe y la identidad guadalupana en todas las diócesis de México mediante la peregrinación de una réplica fiel de la Sagrada Tilma de San Juan Diego, la cual ha sido tocada directamente del original y bendecida especialmente para cada diócesis. Esta imagen peregrina visitará parroquias de todo el país, comenzando en la diócesis de Cuernavaca con una solemne entronización en la Catedral el próximo 15 de agosto de 2025, coincidiendo con la festividad de la Asunción de María.
El proyecto, liderado por el Padre Heriberto Jiménez Henríquez, Secretario Ejecutivo de la pastoral diocesana de Cuernavaca, tiene como propósito implementar el plan pastoral diocesano con un espíritu guadalupano, fortaleciendo la devoción y el compromiso de las comunidades bajo el manto protector de la Virgen de Guadalupe. Cada parroquia que reciba la Tilma se convertirá en una «casita sagrada», evocando las palabras de la Virgen: «No estoy yo aquí que soy tu madre, no estás bajo mi sombra y mi resguardo». Esta presencia busca inspirar a los fieles a configurarse como San Juan Diego, profundizando en el significado del acontecimiento guadalupano y consolidando el reino de Dios en sus comunidades.
La iniciativa «Una tilma, un corazón» no solo es una preparación espiritual, sino también una oportunidad para revitalizar las parroquias y fomentar la unidad en torno a la Virgen de Guadalupe, figura central de la identidad mexicana y religiosa. Durante los próximos seis años, las diócesis trabajarán en conjunto para profundizar en el mensaje de las apariciones de 1531, cuando la Virgen se apareció a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac, dejando su imagen milagrosamente impresa en su tilma.
Durante la presentación, el obispo de Cuernavaca expresó su entusiasmo, preguntando a los fieles: “¿Les gusta esta iniciativa?”, a lo que la comunidad respondió con fervor, recibiendo la propuesta como un regalo de Dios. La peregrinación de la Tilma no solo será un evento litúrgico, sino un movimiento que invite a todos los católicos a ser colaboradores activos en la construcción de una Iglesia más unida y comprometida.
Con esta iniciativa, México se prepara para celebrar en 2031 un hito histórico y espiritual, recordando los 500 años de un acontecimiento que transformó la fe y la cultura del país. La Virgen de Guadalupe, como madre y protectora, seguirá acompañando a su pueblo en este camino de preparación y renovación.