El Papa emérito Benedicto XVI cumplirá, el próximo martes, 70 años como sacerdote. Con motivo de estas bodas de titanio sacerdotales, el secretario del ex Pontífice alemán, Georg Gänswein, ha concedido unas declaraciones a Rome Reports en las que desvela una sorpresa que le tienen preparada.
El 29 de junio de 1951, Ratzinger recibió la ordenación, junto con su hermano Georg, en la catedral de Frisinga ―al norte de Múnich― de manos del que fuera entonces arzobispo de Múnich y Frisinga, el cardenal Michael von Faulhaber, que moriría al año siguiente.
“De aquel día recuerda que fue una ceremonia extensa, y la dignidad del prestigioso y anciano cardenal Faulhaber, quien le ordenó. Le dejó una fuerte impresión para toda la vida. Ha sido un sacerdote removido por aquella jornada de 1951”, relató Gänswein en el encuentro organizado por Rome Reports y la Fundación Pontificia Joseph Ratzinger.
La misa, desde aquel día, se volvió el epicentro de su vida. Por desgracia, lamentó el secretario de Ratzinger, “no puede mantenerse en pie esa media hora”. Benedicto XVI se limita a concelebrar, “sentado en una silla de ruedas, junto al altar”, mientras Gänswein ejerce de celebrante principal. “Y esto todos los días. No ha habido un día en que no haya celebrado o concelebrado la Misa”, reveló el arzobispo.
Los pocos habitantes del monasterio Mater Ecclesiae ―cuatro consagradas y el propio Gänswein―, la residencia donde vive Ratzinger desde que renunciara al papado en 2013, han preparado algo especial.
“Benedicto XVI todavía no lo sabe, pero le hemos preparado una sorpresa. Para él las sorpresas se relacionan siempre con la liturgia. Hemos invitado a un grupo de antiguos chicos del coro de Ratisbona, de los que aprendieron a cantar con su hermano. Tienen entre 40 y 60 años. Algunos de ellos cantarán en la capilla durante la Misa”, desveló el también prefecto de la Casa Pontificia.
Este destalle suponemos emocionará al anciano Ratzinger ya que, no sólo esta fecha le recordará a su hermano, al compartir el mismo día de ordenación, sino que justo estos días se cumple el primer aniversario de su muerte.
“El Papa emérito es una persona de 94 años que físicamente está muy débil, y muy frágil. Pero gracias a Dios su cabeza funciona muy bien. Por desgracia tiene la voz muy débil. Le cuesta hablar. Pero está de buen humor y dice ‘Todos los días empiezo con el Señor y termino con el Señor, y ya veremos cuánto dura’”, dijo sobre la salud del predecesor de Francisco.
Infovaticana.