¿Por qué tenemos que recordar el 12 de septiembre de 1683 cuando desayunamos?

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* Mañana a mañana…’ahogamos’ a los musulmanes.

Mañana se celebra el Santo Nombre de María y el aniversario de la Victoria de Viena

La tradición remonta a esa época, una costumbre, o en todo caso, el origen de dos elementos fundamentales para el desayuno.


Cuando comamos nuestros
 croissants debemos recordar que:

« Estas mujeres crearon panes en forma de media luna islámica [el dulce se llamaba «croissant«, en forma de luna «creciente», ed.] que había que «ahogar» en un café capuchino, para recordar que fue precisamente el padre capuchino Marco quien realmente “ahogó” a esos musulmanes«.

luigi Casalini.

¿Qué pasó el 12 de septiembre de 1683?

El 12 de septiembre de 1683 tuvo lugar la famosa batalla de Viena. La Liga Santa puso fin al asedio otomano de la ciudad austríaca.

¿Quién fue realmente responsable de esta gran victoria que salvó efectivamente a toda la Europa cristiana? Sí, toda la Europa cristiana, porque si Viena, con su importancia simbólica, hubiera caído, los turcos habrían tenido un entusiasmo vertiginoso por ir más lejos.

Decíamos: ¿quién fue el responsable de esta gran victoria? Respuesta: la resistencia de los vieneses.

Pero quien hizo resistir a los vieneses cuando su moral estaba por los suelos porque nadie acudía en su ayuda fue un santo capuchino italiano, el beato Marco d’Aviano (1631-1699). Este último, gran predicador y hacedor de milagros, ordenó a los vieneses resistir porque seguramente la Virgen enviaría a alguien para ayudarY así fue

Cuando todo el mundo había perdido humanamente la esperanza, llegó Juan Sobiezski, rey de Polonia, quien con sus húsares alados logró derrotar a los sitiadores turcos.

Una anécdota que pocos conocen está ligada a este hecho. Los turcos, al ser musulmanes, no consumían vino ni otras bebidas alcohólicas, sino que eran grandes consumidores de café, que tal vez utilizaban como estimulante y energético.

Cuando -y no se lo esperaban- llegaron los polacos y fueron derrotados, dejaron muchos sacos de café en polvo cerca de las murallas de Viena.

La alegría de los vieneses era incontenible. Las mujeres, que tenían poco a su disposición, decidieron mezclar ese café en polvo con leche. El resultado fue una bebida de color marrón que recibió el nombre de  capuchino en honor al capuchino Marco d’Aviano.

Pero esto no termina aquí

Estas mujeres creaban dulces islámicos en forma de media luna que debían ser «ahogados» en capuchino , para recordar que quien realmente había «ahogado» a aquellos musulmanes era el padre capuchino Marco.

 En definitiva, para hacértelo beber nació en aquella ocasión la conocida y sabrosa combinación de capuchino y croissant .

¿Qué podemos decir entonces? ¡Feliz desayuno!

Por Corrado Gnerre.

Roma, Italia.

Lunes 11 de septiembre de 2023.

Il Cammino dei Tre Sentieri.

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