El gran ausente en el Consistorio ordinario celebrado en el Vaticano, fue el cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes.
Mientras la atención se centró en la presencia –en primera fila–, del defenestrado cardenal Angelo Becciu –sometido a juicio por parte del Papa–, al final del día se hizo evidente la inasistencia del cardenal de Nicaragua.
La ausencia del prelado cobra notoriedad, en medio de las divergencias surgidas entre el Vaticano y la Iglesia nicaragüense, en torno a las cada día más graves agresiones del régimen socialista encabezado por Daniel Ortega a la libertad religiosa en todo ese país centroamericano.
El acoso del régimen socialista a la Iglesia ha merecido la condena no solo de los católicos locales, sino de organismos internacionales y decenas de ex Presidentes del mundo, que han demandado una condena papal.
En medio, pues, de tal entorno, hoy lunes 29 de agosto, La Prensa, medio emblemático de Nicaragua, plantea una serie de interrogantes que llaman la atención sobre el hecho y, sobre todo, su significado:
