En enero, durante el próximo Jubileo Ordinario de 2025, se publicará una nueva autobiografía del Papa Francisco. Se titula Spera , es decir, un verbo en modo imperativo, y Lo publica una gran editorial italiana. El plan original era publicar el libro sólo después de su muerte, pero Francisco llegó a creer que su mensaje debía compartirse con el mundo en un momento de particular necesidad.
Así, por tercera vez en dos años, el Papa Francisco publica un libro que cuenta la historia de su vida. Hubo Vida , con el periodista Fabio Marchese Ragona [1] , que examinó los acontecimientos de la historia vistos a través de los ojos del Papa, con el periodista Javier Martínez Brocal [2] , arrojó luz sobre la relación entre el Papa Francisco y Benedicto XVI. Esta convivencia duró casi diez años. Y ahora está Spera , que se presenta como una autobiografía y tardó seis años en escribirse.
El Papa Francisco quiere contar su historia, dar forma a la narrativa, dar su versión de los hechos y, por tanto, dar forma y plenitud a su pontificado. Benedicto XVI había hablado de un Concilio Vaticano II relatado por los medios de comunicación y del Concilio realmente ocurrido. Podemos decir que en el caso de Francisco hay un pontificado mediático y un pontificado real, con la diferencia de que Francisco quiere controlar y gestionar el pontificado mediático.
El anuncio de la autobiografía se produjo en la Feria del Libro de Frankfurt, en medio de un Sínodo que está recibiendo casi tan poca atención como otros.
El Papa Francisco eliminó las discusiones más controvertidas del Sínodo y estableció diez grupos de estudio. Sin embargo, los problemas encuentran una manera de surgir. Se insertan en los discursos. Uno de los participantes en el Sínodo observó que muchas de las intervenciones se desvían del tema. Esta es una señal de que algunos van al Sínodo con una agenda. ¿Pero puede continuar este programa?
Esta Asamblea sinodal podría tener un efecto devastador para el Papa Francisco. El debate sinodal demuestra que los padres sinodales no caminan hacia una revolución en la Iglesia. Por ejemplo, los padres sinodales todavía quieren unidad y centralidad en la Iglesia universal y se muestran escépticos a la hora de conceder competencias doctrinales a las conferencias episcopales.
El Papa Francisco dejó las puertas abiertas y las cerró sólo parcialmente con algunas bromas o decisiones. Todo en el pontificado sigue abierto y todos pueden decir que han recibido el aliento del Papa. Lo que piensa el Papa Francisco es un tema de debate.
Esto no ayuda a la imagen del pontificado. En la temporada del Sínodo, se nos presenta un Papa que decide por sí mismo, que va más allá de las prerrogativas del propio Sínodo y que, al final, encontrará la manera de introducir en el debate los temas que más le interesan. El cardenal Joseph Tobin, que ciertamente no es de los que se puede decir que están en contra del Papa Francisco, subrayó que incluso la decisión sobre el tema del Sínodo fue tomada únicamente por el Papa, que se había opuesto a otras propuestas, como la de una Sínodo sobre las migraciones y el de un Sínodo sobre la vida y el ministerio del sacerdocio.
Por tanto, el tercer libro en dos años ayuda a forjar una narrativa sobre el Papa Francisco, sobre sí mismo. El libro desvía la atención del presente y mira al pasado y la historia del Papa Francisco. Por encima de todo, es el intento de Francisco de ofrecer un autorretrato humano y tal vez de implantar historias que permanecerán en la memoria colectiva.
El Papa Francisco ha buscado controlar la narrativa sobre sí mismo desde el comienzo de su papado. Dio su versión de los hechos sobre su relación con el Papa Benedicto XVI y así esbozó el relato, que no le resultó nada favorable al no mencionar ni una sola vez el nombre del Papa emérito en el funeral, celebración caracterizada por su tono sobrio. El Papa Francisco quiso entonces expresar su punto de vista sobre los acontecimientos mundiales, recorriendo su vida y diseccionando la memoria histórica, dando la imagen de un Papa inmerso en su tiempo.
Ahora, parece que quiere añadir un toque más de humanidad con una obra autobiográfica, estudiada y elaborada durante seis años, que cuenta con poca improvisación y mucha estrategia.
¿Podrá el Papa Francisco remodelar su imagen? ¿Es demasiado tarde?
En los últimos años, el pontificado ha sufrido varios reveses, que han erosionado la simpatía de la que ha gozado desde el inicio de su papado. El caso Rupnik fue un punto de inflexión, pero había otros signos de crisis en el papado. Han pasado ya muchos años desde que un fiel seguidor del Papa escribió un artículo en el que afirmaba que el impulso del pontificado no se había agotado, de hecho, algunas apariencias se han opuesto.
La estrategia del Papa incluye no sólo la autobiografía, sino también una apretada agenda de apariciones públicas. El 5 de noviembre, por ejemplo, se inaugurará el año académico de la Pontificia Universidad Gregoriana. Fundada en 1551 por el propio San Ignacio de Loyola, “Greg” es la universidad jesuita más antigua y prestigiosa del mundo. «Lo que sea que Francesco traiga consigo será su mejor juego [3]» .
Mientras tanto, el Papa Francisco ha convocado un Consistorio para el 7 de diciembre y la creación de tantos nuevos cardenales, veintiuno, de los cuales veinte serán electores, puede leerse con razón como una parte integral de los esfuerzos por forjar algún tipo de unidad en el universidad y en la Iglesia.
Por tanto, el esfuerzo comunicativo del Papa Francisco, lejos de ser un punto de inflexión hacia el pasado, es en realidad un esfuerzo por orientar el futuro, por preparar el final de su pontificado y lo que viene después, por satisfacer la necesidad de dejar un “legado espiritual”. ”a la posteridad.
De ahí la tercera autobiografía del Papa en dos años para contar su historia y establecer un punto de no retorno en la forma en que se cuenta su vida. El tiempo dirá si esta medida es sólo populismo o algo más.
[1] Francisco. Vida. Mi historia en Historia (Hoper Collins 2024, 207 páginas [ AQUÍ ] ).
[2] Papa Francisco. El sucesor: Mis recuerdos de Benedicto (Editorial Planeta 2024, 240 páginas [ AQUÍ ] ).
[3] Palabra del argot inglés, utilizada para referirse al máximo rendimiento que alguien es capaz de producir según sus capacidades.
por Andrea Gagliarducci,
MondayVatican/Korazym.
