¿Por qué a veces no veo a Dios en mi vida?

Psic. Octavio Escobar
Psic. Octavio Escobar

En la filosofía del mundo, donde el ser humano es el centro, existe la creencia de que nosotros somos capaces de hacerlo todo. Esta forma de pensar, irreal desde todo punto de vista, nos puede generar un delirio de grandeza cuando logramos algo o un complejo de inferioridad cuando las cosas se nos salen de las manos.

Es así como el pensamiento del mundo nos deja expuestos a nuestra fragilidad, la cual queda en evidencia constantemente, ya que la realidad es que no podemos controlar nada.

Entender que nuestra humanidad es limitada a nuestra mente, cuerpo y alma, nos puede dar una clave para entender que los grandes santos, no hacen milagros por sus propias facultades, sino por la acción de Dios a través de ellos, la cual únicamente es posible gracias a su entrega absoluta a Él.

 

¿Cómo entregarnos a Dios para que obre en nosotros?

Si el pensamiento del mundo nos llama a controlar lo incontrolable, el pensamiento de Dios nos invita a dejarlo todo en sus manos. En el “Padre nuestro”, Jesús nos deja la clave: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. En otras palabras, “Encárgate tú”.

Entender esto, implica muchas cosas: Que entendamos con humildad que nuestra capacidad es limitada, que comprendamos que Dios tiene un poder infinito para actuar en nuestra vida y que nuestra voluntad y el pecado, son los obstáculos que le ponemos para dejarlo actuar. Es por eso que mantenernos en gracia es tan importante, ya que es la única manera en la que podemos tener una comunicación ininterrumpida con Dios.

Además de estar en gracia, existe un elemento en el que quiero hacer énfasis, y es en la entrega a Jesús. Decirle sí siempre, constantemente e incondicionalmente. Muchas veces creemos que Dios nos pide algo que nos va a hacer infelices si le decimos que sí. Pensamos que nos va a mandar a vender nuestros bienes e ir a misionar a África, pero las cosas no son así. Esa es la tentación que nos pone el enemigo para que no nos soltemos a su accionar.

Por el contrario, la fórmula que debemos usar es decirle sí a Dios sin miedo, con fe plena de que sin importar que hoy no sintamos todo lo que quisiéramos sentir por Él, le damos permiso para que actúe en nosotros.

Realmente es muy fácil, y no requiere más que tu voluntad. Tu permiso o autorización, si quieres llamarlo así, para que sea Él quien se encargue. Por eso es que con tanta insistencia te invito a que seas parte del Diplomado en Sanación Interior. Para que le digas que sí al Señor tu Dios, incluso cuando no tienes ganas, estás deprimido, agobiado por la amargura, lleno de dolor, dile sí, sólo para dejarlo que actúe.

Dile sí a Jesús siempre y verás cómo tu vida empieza a tener la guía inequívoca del Todo Poderoso. En el Diplomado en Sanación Interior, tengo muchas herramientas para que sanes tus grandes heridas y le des el sí a Dios a diario, así que no las desperdicies. Hay muchas gracias que Él quiere darte hoy mismo.

Envíame tu mensaje por WhatsApp al +571 580 6849 y da el primer paso para decirle sí a Jesús hoy y para siempre.

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Psicólogo Clínico de Colombia