Políticos «católicos» pro-aborto abusan y politizan los sacramentos; su vida es opuesta a la fe católica.

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El P. Thomas Weinandy, miembro de la Comisión Teológica Internacional, ha calificado de «farsa» el que políticos pretendan hacerse pasar como católicos devotos recibiendo la Eucaristía, cuando viven una vida en oposición a la fe católica.

El teólogo P. Thomas Weinandy ha dicho que «los políticos católicos disidentes abusan y politizan la Eucaristía cuando reciben el sacramento mientras promueven políticas y acciones contrarias a la fe, como el aborto legal».

«Rechazan la enseñanza de la Iglesia, pero luego se presentan a la Sagrada Comunión, están usando y, por lo tanto, abusando de la Eucaristía con fines aparentemente políticos para presentarse como católicos “devotos”.

Lo que más debería preocupar a la Iglesia es que tales políticos católicos no simplemente sostienen muchas cosas que están en oposición a la fe católica, sino que también atacan activamente, a través de las leyes que proponen y promulgan, la Iglesia Católica, la misma iglesia a la que reclaman devoción».

Weinandy es miembro de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano, un organismo de 30 miembros que asesora a la Congregación para la Doctrina de la Fe y a la Santa Sede sobre cuestiones doctrinales.

Si bien algunos críticos han dicho que la Iglesia politiza la Eucaristía cuando sacerdotes y obispos sugieren negarla a los políticos que rechazan aspectos de la fe, el padre Weinandy respondió que «los propios políticos son los responsables».

«La politización de la Eucaristía se produce en el acto del político católico que se presenta para recibir la Comunión, aunque sea consciente de que hacerlo es contrario a lo que enseña la Iglesia: aquellos que objetivamente se encuentran en estado de pecado mortal, o que disienten o promueven posiciones contrarias a las enseñanzas dogmáticas o morales fundamentales de la Iglesia, tienen prohibido recibir el cuerpo y la sangre de Jesús porque se han hecho indignos de hacerlo.

Algunos obispos argumentan que a estos políticos católicos no se les debe negar la Comunión, porque hacerlo politizaría la Eucaristía. La negativa por parte de los obispos o sacerdotes provocaría un escándalo político y mediático, y la prudencia puede sugerir, en determinadas circunstancias, que no se debe rechazar la Comunión. Sin embargo, se podría argumentar fácilmente que la negativa debe hacerse para evitar el escándalo y proteger la integridad del sacramento».

La sentencia de 1973 en el caso Roe v. Wade ordenó leyes de aborto permisivas en todo el país (Estados Unidos), lo que llevó a legalizar dar muerte a millones de niños por nacer.

«Los católicos devotos, no necesitan identificarse como tales porque es evidente para todos que lo son. Todos saben lo que creen y defienden, e incluso promueven: todo lo que enseña la Iglesia. Cuando pecan contra los mandamientos de Dios enseñados por la Iglesia, van a la confesión, deciden enmendar sus vidas y así obtienen la absolución sacramental. Tales católicos son devotos sin necesidad de pregonarlo».

Según la opinión del P. Weinandy, cuando un político católico disidente se declara católico devoto, «uno percibe inmediatamente que algo anda mal». Él y sus seguidores enfatizan esto «porque hay algo en su comportamiento que es sospechoso».

«Nadie se deja engañar por esta farsa, excepto tal vez el político que se engaña a sí mismo. Los católicos fieles saben que existe una desconexión irreconciliable entre lo que sostienen esos políticos católicos y el hecho de que reciban la Comunión. Y ven que es el político católico disidente el que politiza la Eucaristía».

Animó a los católicos a orar por la conversión de los políticos católicos y también por la protección de Dios de su Iglesia.

Debate entre obispos en Estados Unidos

También resumió un debate reciente entre el arzobispo Samuel Aquila de Denver y el cardenal Blase Cupich de Chicago. El arzobispo Aquila escribió en la revista America Magazine que aquellos que reciben la Sagrada Comunión, incluidos los políticos, deben adherirse a la enseñanza doctrinal y moral católica. De lo contrario, irían en contra de las palabras de San Pablo en 1Cor,27-29 de que quien coma y beba indignamente el cuerpo y la sangre del Señor será culpable de profanarlos y tomará su propia condenación.

Por su parte, el cardenal Cupich sugirió que el ensayo del arzobispo Aquila contradecía principios sacramentales católicos como la de que la eficacia de los sacramentos se basa en el poder de Dios y no pueden ser disminuida ni por el celebrante ni por el receptor. El arzobispo Aquila, citando a autoridades como San Agustín y Santo Tomás de Aquino, respondió en Catholic World Report que los efectos del sacramento de la Eucaristía sí dependen de la disposición subjetiva de la persona que lo recibe.

Weinandy dijo que la crítica del cardenal Cupich no era «de ninguna manera relevante para lo que escribió el arzobispo Aquila», pero le permitió al arzobispo Aquila aclarar cualquier ambigüedad y desarrollar su opinión aún más fuertemente».

El P. Thomas Weinandy fue anteriormente director ejecutivo de la Secretaría de Doctrina de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Renunció a su puesto como consultor del Comité de Doctrina de los obispos de Estados Unidos en 2017 después de publicar una carta al Papa Francisco pidiéndole que corrigiera la «confusión crónica» de su pontificado, dijo: «fomenta en los fieles un creciente malestar».

El arzobispo Salvatore Cordileone de San Francisco y el obispo Thomas Olmsted de Phoenix han publicado documentos recientes que subrayan la importancia de la recepción digna de la Sagrada Comunión.

En cambio, el obispo McElroy de San Diego escribió un ensayo en la revista America Magazine argumentando que negar la Sagrada Comunión a los políticos proaborto es un acto que politiza la Eucaristía.

 

CNA/Infocatolica.

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