Jorge Traslosheros, historiador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, aseveró que el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, “tiene una línea en sus discursos que se tejen en el secularismo, para conseguir disolver el cristianismo en un amor sin sentido y amorfo”.
Agencia Católica de Noticias (ACN), retomó los dichos del ejecutivo federal en La Mañanera del pasado 16 de septiembre, en la cual, López Obrador, dijo:
“Ahora que en el Grito (de Independencia), incluí: ¡Viva el amor al prójimo!, hubo articulistas que de inmediato lo vincularon con lo religioso. Nada más decirles que el amor al prójimo pues es un principio que se concibe y se busca aplicar desde antes del cristianismo, les podría decir que es como el Acta de Nacimiento del humanismo: el principio del amor al prójimo y, hablando de libros, recomiendo uno que habla de este tema, se llama: “El amor líquido”.
El investigador de la UNAM, sostuvo que, en esos argumentos, el mandatario federal dejo entrever que los cristianos se vayan al humanismo, ello, al sugerir que hay amor sin Cristo y que es secundario.
Contestó que “el amor cristiano está perfectamente tratado en la encíclica de Benedicto XVI, y el cual implica necesariamente donación y sacrificio”.
Por lo anterior, calificó de “terrible” que López Obrador recomendará el libro de Amor líquido, “porque implica que el amor es amorfo”.
Asimismo, negó que el amor cristiano trate de otra cosa, ya que “su concepto está en el Evangelio bajo los preceptos de donación, sacrificio y también gozo en la entrega de los demás”.
Extractos de Carta encíclica, Deus Caritas Est, en la cual, Benedicto XVI explica en qué consiste ser cristiano y el amor cristiano como donación y sacrificio.
- «Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él» (1 Jn 4, 16). Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él».
Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna» (cf. 3, 16). La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud.
Sobre el libro del que habló AMLO; se destacan estos conceptos:
“Amor líquido”, es del autor Zygmunt Bauman (1925). Refiere que “el matrimonio y la familia, instituciones tradicionales de la sociedad, resienten directamente el impacto de la superficialidad amorosa contemporánea”, como comenta el autor en el segundo capítulo: “Fuera y dentro de la caja de herramientas de la socialidad”.
El matrimonio, indica Bauman, está “pasado de moda”; la familia se ha vuelto la inversión más riesgosa, lo que se traduce en menos matrimonios y menos hijos.
El sociólogo recurre a la frase del Evangelio, para proponer su reformulación: “…Amar al prójimo como nos amamos a nosotros mismos, significaría entonces respetar el carácter de único de cada uno, el valor de nuestras diferencias que enriquecen al mundo que todos habitamos y que lo convierten en un lugar más fascinante y placentero, ya que amplían aún más su cornucopia de promesas” (p. 109).
Amor líquido es acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Es un libro publicado por el Fondo de Cultura Económica, en Buenos Aires, Argentina. Fue publicado originalmente en inglés (2003) con el título Liquid love: on the fragility of human bonds.
