Aparentemente, Occidente sigue siendo un agente político en la escena internacional, pero lo cierto, como argumenta y detalla con casos concretos el padre Santiago Martín, es que Occidente ha socavado sus propios fundamentos:
1.- El amor a la verdad de Grecia,
2.- El amor a la justicia de Roma
3.- Y el amor al Dios de Jerusalén, donde Cristo obró nuestra Redención.
Occidente ya no es occidental y rescatarlo exige «oración y valentía».